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Cine y filosofía I: «La princesa Mononoke»

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

En las entradas dedicadas a Cine y filosofía, destriparemos algunas películas que traten temáticas vistas en este blog. En este caso, elegimos La princesa Mononoke puesto que tiene mucho que ver con lo que hemos dicho sobre la idea de progreso y sobre la crisis de la Modernidad.

Cine y filosofía: la princesa Mononoke

Fotograma de «La princesa Mononoke»

La princesa Mononoke es una película japonesa de 1997. Es una película de animación dirigida por Hayao Miyazaki. El argumento central de la película es la guerra entre los dioses del bosque, que pretenden protegerlo, y los seres humanos, que pretenden extraer los recursos del bosque. La película se sitúa en el contexto del Japón medieval.

Bien, hasta aquí no hemos destripado la película. Pero a partir de ahora, no nos hacemos responsables si te la fastidiamos. Eres libre de, en caso de no haberla visto, dejar de leer esta entrada y ver La princesa Mononoke. Puedes volver después de haberla visto. De hecho, es recomendable seguir la siguiente secuencia: ver la película – leer esta entrada – volver a ver la película.

1. Algunas ideas correctas pero con poco detalle

Para la inmensa mayoría de personas que han visto esta película, esta tiene un tema claro: el medio ambiente. Sin embargo esto es pintar con brocha gorda. Desde nuestro punto de vista, hay una temática más compleja y profunda manifestada a través de varias personificaciones. Concretamente hay tres personificaciones imprescindibles: Lady Eboshi, que personifica el progreso, Ashitaka, que personifica la tradición, y Mononoke, que personifica a la naturaleza. El tema de la película sería las relaciones entre progreso, tradición y naturaleza y las consecuencias de estas relaciones. Estas se representan en la película a través de las relaciones entre estos tres personajes, Lady Eboshi, Ashitaka y Mononoke. A continuación entenderemos estas personificaciones, profundizando más en ellas y en sus relaciones.

2. Ashitaka como personificación de la tradición

Ashitaka personifica la tradición y lo antiguo. En primer lugar, es miembro de una tribu que se cree extinta, los Emishi. Como tal, su forma de vestir, su montura, su cuenco de comer, etc. tienen para los personajes que se va encontrando un aspecto extraño. Además, es ajeno al mundo moderno. No conoce la moneda acuñada, en su lugar utiliza pepitas de oro, y tampoco sabe lo que es una bala de fusil, la cual ve como una extraño objeto, que hirió a un dios jabalí y lo convirtió en un diablo, que atacó su aldea y le dejó una maldición. En segundo lugar, Ashitaka cree en la adivinación a través de las piedras, venera a los dioses, respeta a los espíritus, es humilde, a veces algo ingenuo, y tiene cierto conocimiento de la naturaleza, la cual respeta profundamente.

Por otra parte, se ve a la tradición como apegada a la naturaleza, lo cual en la película aparece claramente representado en el intento de Ashitaka por armonizar la vida humana con la supervivencia del bosque, así como en su devaneo amoroso con Mononoke. Precisamente, porque la tradición está apegada a la naturaleza, es una de las víctimas del progreso. Esto es manifiesto en el diablo que ataca la aldea, producto de haber herido a un dios de la naturaleza con una bala de fusil, y en la maldición que cae sobre Ashitaka cuando toca al jabalí.

3. Lady Eboshi como personificación del progreso

En La princesa Mononoke el progreso es visto desde el punto de vista de sus contradicciones internas. Como hemos dicho estas se manifiestan en Lady Eboshi, que personifica el progreso. En un principio, nos muestran un personaje empeñado en destruir un bosque en el que hay reservas de hierro. Ella gestiona y dirige la Ciudad del hierro, la cual depende de las minas de hierro, la fundición de la ciudad y sus fusiles. Este intento de explotación del bosque la hace enfrentarse al propio bosque, a la naturaleza, por un lado. Por otro lado, la codicia humana hace que el hierro sea anhelado, por lo que la ciudad mantiene una guerra con Lord Asano, que quiere hacerse con el metal. Aquí se ve el polo negativo del progreso: genera destrucción del hombre por el hombre, de la naturaleza por el hombre y del hombre por la naturaleza.

Sin embargo en Lady Eboshi también aparece la cara amable de este. En la ciudad del hierro Lady Eboshi ha sacado de los burdeles a todas las mujeres que se han ido a vivir con ella. Asimismo, los leprosos son protegidos y cuidados. A cambio, comen y están protegidos de Lord Asano, viviendo hombres, mujeres y leprosos de forma equitativa.

Otros rasgos típicos del progreso y de la actitud ilustrada los podemos ver en la personalidad de Lady Eboshi. Esta trata con desdén a Ashitaka (la tradición), se ríe de la superstición (la creencia del emperador de que la cabeza del espíritu del bosque le dará la inmortalidad) y se enfrenta a los dioses (la religión), contra cuya vida atenta (al espíritu del bosque le arranca la cabeza de un disparo).

4. Mononoke como personificación de la naturaleza

La naturaleza aparece en la película mediante diversas figuras retóricas y Mononoke es una de ellas. Las otras son el bosque, los dioses de la naturaleza y el espíritu del bosque. El bosque representa a la naturaleza como un todo, que da cabida a todos los seres, vegetales (los árboles, que son esenciales, de ahí que los monos se dediquen a sembrarlos), los animales (ratas, insectos, lobos, jabalíes, etc.), los dioses y los espíritus (dioses jabalí, kodamas, espíritu del bosque, etc.), minerales (el hierro) y los seres humanos (Mononoke). Los dioses de la naturaleza representan a las fuerzas de la naturaleza, son salvajes y poco compasivas. El espíritu del bosque representa al ciclo de la vida, que se basa en la vida y la muerte. En este sentido, el espíritu del bosque es una metáfora del ecosistema, que puede ser dañado (cuando le cortan la cabeza), pero que se recupera (cuando al caer el día Ashitaka se la devuelve y el bosque comienza a retoñar de nuevo).

Por su parte, Mononoke personifica a la naturaleza, desde el punto de vista de la reacción de la naturaleza ante la actividad humana. En efecto, no es baladí el que Mononoke sea una humana criada por lobos, en un entorno natural. Que el calentamiento global vaya a hacer que desaparezcan ciudades, es algo que ha creado el hombre, lo expulsó a la naturaleza y ahora la naturaleza se lo devuelve. Igual ocurre con Mononoke, es hija de humanos que la abandonaron con la naturaleza y ahora la naturaleza la devuelve como una venganza. Asimismo, el hecho de que Mononoke sea humana refuerza la idea de que, en el fondo, lo que hay detrás de la propia furia de la naturaleza provocada por la actividad humana, es la propia naturaleza humana.

Importante es resaltar que la naturaleza no hace distinciones entre los hombres. De este modo, a pesar del devaneo amoroso entre Ashitaka y Mononoke, esta lo deja en la estacada, pues ella odia a todos los seres humanos. La naturaleza no hace distinciones. Un huracán afectará a todos los que pille a su paso del mismo modo.