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El Olimpo de los griegos y de los romanos

Publicado por Christian

Zeus, uno de los personajes más importantes dentro de la Mitología griegaLa mitología griega no se aparta demasiado, en su núcleo esencial y más antiguo, de las diferentes creencias religiosas -en gran número- comunes a los pueblos indoeuropeos (los más antiguos habitantes de Asia y Europa), cuya forma más próxima sus orígenes, la conocemos a partir de las obras de autores como Hesíodo u Homero; sin embargo, éstos lo que nos ofrecen es ya el resultado de una larga fusión de mitos y creencias patrimonio de los pueblos que en el transcurso del milenio II a.C., descendieron del norte y se establecieron en las regiones meridionales de la península balcánica, y, evidentemente, tras su posterior evolución.

Dentro de esta misma mitología tienen vital importancia dos divinidades (masculina y femenina, respectivamente), de las que depende absolutamente todo lo creado, y en la que, en su mayor medida, la divinidad femenina ejerce una supremacía y fuerza mayor con respecto a la masculina, aunque en otros pueblos diversos esto sucedía de forma contraria. Aparece en este punto el mito de la Gran Madre Tierra (con la fecundidad como importancia, siendo ésta su principal atributo benéfico), a partir de la cual el hombre depende respecto a los frutos espontáneos de la tierra, y, a través del descubrimiento de diferentes técnicas de caracter agrícola, éste llega a dominar la tierra, exigiendo a esa Gran Madre los frutos necesarios para su subsistencia. Surgirá luego el mito del Padre Cielo, al que corresponderá los rayos, la lluvia, y se convertirá en un árbitro más de la vida y bienestar del hombre.

Es preciso conocer ahora que, evidentemente, Zeus y Rea, no son mera invención griega, pues, como observamos, su conocimiento aparentemente lógico ya venía desde muy atrás, naciendo de la fusión exacta entre las diferentes personalidades conocidas de los diversos pueblos que invadieron Grecia en el milenio II, y aquellas divinidades existentes en la más evolucionada religión cretense.

Al principio de los tiempos…

Al principio de los tiempos, se formaron dos divinidades fundamentales dentro de este ciclo: Caos (masa informe de materia, de la cual provenían todas aquellas fuerzas incomprensibles, desconocidas, oscuras: la muerte, el sueño, el engaño, la discordia, la angustia, el sufrimiento…) y Gea (la Tierra misma, de la que procedían las estirpes de divinidades más importantes, a veces bellas, a veces crueles y atroces).

Destaca Urano, el cielo, y el Océano, el mar, el cual circundaba la Tierra. Urano fue el primer dios que reinó sobre el Universo, y, uniéndose con Gea, procreó estirpes monstruosas y fatales: cíclopes con un solo ojo en la frente, gigantes hecatonquiros… aunque, finalmente, Urano, en un intento de poner orden en el Universo, encadenó a los cíclopes, mienras que sumergía a los gigantes en el Tártaro. Fue en este momento cuando tuvo un nuevo hijo, Cronos, quien atacó definitivamente al padre dejándolo mutilado y encadenado. Éste reinó durante largo tiempo, pero el Hado había establecido que, finalmente, tuviera la misma fortuna que su padre; esto es, que un hijo suyo le hiciera prácticamente lo mismo. Conociendo este fatal destino, Cronos decidió comerse a todos sus hijos (Démeter, Hades, Poseidón y Hera), aunque Rea, que era su esposa, no tuvo el valor suficiente de ver cómo su esposo devoraba a un hijo precioso que había alumbrado en poco tiempo, tomando una piedra y envolviéndola en un pañal, se la dio a comer a Cronos, no advirtiendo el engaño. Su esposa se llevó al hijo al monte Ida, y su criatura,Zeus y Hera en un cuadro estupendo que finalmente recibirá el nombre de Zeus, se convirtió en el sumo dios, el futuro rey del Olimpo.

Fue criado por los coribantes (colegio de sacerdotes), los cuales disimulaban el atroz llanto del infante con estrépito de tambores y choques de escudos. Pasados unos años, aún jóven, Zeus se enfrentó a su padre, y después de haberle hecho vomitar a todos sus hermanos, lo desterró del cielo. Desde este momento, nuestro protagonista reinó sobre el Universo, convirtiéndose en el tercer rey de los dioses. Y, con ello, comenzó una nueva fase que los griegos, creadores de mitos, denominaron como «la edad de nos dioses nuevos».

Organizó un Universo como mejor le pareció, encarcelando a los antiguos dioses en el Tártaro (sólo a aquellos que habían ayudado a su fallecido padre en la lucha contra él), y desposó a las grandes potencias: Temis (la justicia), Metis (la mente), Mnemosina (la memoria)… uniéndose luego a Hera, Démeter, Leto y Maya, de las que tuvo hijos divinos: Atenea, Artemisa, Febo, Hermes, Perséfone, Ares y Hefesto.

Dividió también el universo en tres grandes reinos, reservando para sí el cielo y la tierra, pasando el de ultratumba y el mar, a sus dos hermanos, Hades y Poseidón, respectivamente.

Zeus, Poseidón y Hades se convirtieron, por lo tanto, en los dioses más poderosos, conformando lo que los griegos dieron a conocer como… «El Olimpo», que luego fue adoptado, a su vez, por los conquistadores romanos.