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Espíritu, Mente y Materia

Publicado por Malena

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El espíritu ya no representa algo imaginado por el hombre, ni consiste en una misteriosa fuerza desconocida más poderosa que la nuestra. Ahora, se puede interpretar como un campo infinito de posibilidades; porque en el siglo XX, la ciencia descubre evidencias de la existencia de una inteligencia potencial virtual.

Según la física cuántica, el universo que conocemos está formado tanto de partículas como de ondas.

Una partícula subatómica es parte de un paquete de onda, o sea una concentración de energía.

Si hay un observador que desea saber dónde se encuentra este paquete, éste se convierte en una partícula y si quiere saber su velocidad solamente, entonces es una onda.

Es decir, que esa onda- partícula puede ser onda cuando se intenta medir solamente su velocidad; y partícula cuando sólo se trata de saber el lugar en que se encuentra.

Si pretendemos saber su ubicación y su velocidad al mismo tiempo será una onda-partícula.

Esto se conoce como principio de incertidumbre de Heisenberg, concepto básico de la física moderna.

Antes de la observación, tanto una onda como una partícula existe sólo en el ámbito virtual y luego de la observación se convierte en una partícula.

O sea que en el mundo cuántico nos enfrentamos a algo que puede existir en más de un estado a la vez, donde la observación es la que transforma la posibilidad en un suceso real.

Un experimento científico probó este hecho con un átomo cargado y no observado de berilio, que fue capaz de estar en dos lugares al mismo tiempo.

Pero el hecho de ser dos lugares diferentes puede ser producto de la percepción, porque pueden ser los movimientos de un solo suceso.

Los antiguos sabios de las tradiciones místicas pensaban que las experiencias que vivimos son producto de una realidad proyectada, donde las cosas y los acontecimientos parecen estar separados en el tiempo y el espacio, pero que a un nivel más profundo, todo pertenece al mismo cuerpo, y cuando una de sus partes se mueve, afecta a la totalidad.

Es decir, que la percepción de estar separados puede ser una ilusión de los sentidos.

Los científicos proponen además, que desde el punto de vista teórico matemático, es posible la existencia de una dimensión, denominada espacio octo dimensional de Minkowsky, donde la distancia entre dos sucesos siempre equivale a cero, o sea, donde todo está unido.

Niels Bohr y otros físicos sotuvieron la idea de que es la conciencia la que modifica la onda-partícula.

Si no existiera la conciencia, sólo existirían paquetes potenciales de energía virtual, el espíritu, el potencial puro, el ámbito no circunscrito, inagotable, infinito que abarca la totalidad.

Chopra afirma que cuando nos conectamos con ese nivel de existencia podemos hacer milagros.

El experimento mental conocido como paradoja Einstein-Podolsky-Rosen, ha demostrado en forma matemática y experimental, que hay una conexión o comunicación virtual que se produce a una velocidad mayor que la de la luz, sin el intercambio de energía.

Los experimentos científicos han demostrado en el laboratorio, que las leyes de la física cuántica tienen validez y que esa comunicación virtual es real.

Chopra ilustra este complejo concepto con un ejemplo:

Si se enviaran por correo, al mismo tiempo, a dos personas diferentes, dos paquetes idénticos a dos lugares distintos, conteniendo cada uno una onda-partícula correlacionada y no observada, o sea como potencial puro, y si ambos sujetos abrieran los paquetes simultáneamente y además uno de ellos, antes de abrirlo, imaginara un objeto; dicho sujeto, al abrirlo, podrá constatar que su caja contiene dicho objeto y el otro, cuando abra la caja, vería lo mismo.

Al imaginar el objeto deseado, la onda-partícula de ese paquete adoptará la forma de ese objeto y ese pensamiento afectará también la onda partícula del otro paquete, cuyo contenido tomará la misma forma.

Entiendo que esto podría significar, que si tenemos un pensamiento proveniente del ámbito virtual o espiritual, éste se podría materializar para nosotros en el mundo físico y también ejercería su influencia en el resto.

Fuente: “Sincro Destino”, Deepak Chopra, Edic. Alamah, Argentina, Octubre 2003.