Filosofía

Imitaciones

Publicado por Ruben Avila

imitacionesPlatón, como sus contemporáneos, y predecesores, utilizaba el término «mímesis» para describir el carácter y los sentimientos de los seres humanos, pero, además, introdujo una nueva definición de la palabra, que se refería al carácter de los objetos, a la imitación.

En un primer momento, Platón denomina como artes “primitivas” aquellas que en el que el artista mismo es instrumento del arte, como en la danza, por ejemplo, donde el bailarín es a la vez creador y objeto. Más tarde también introduciría en la misma clasificación a las artes como la pintura o la escultura que hacen uso de instrumentos concretos, en nuestros ejemplos, el cincel y el pincel.

Por otra parte, en la República denominó como “imitativa” a la poesía, pero sólo en la que el protagonista cuenta la historia en primera persona, como ocurre en la tragedia, por ejemplo. Sin embargo, en una obra posterior, uno de sus últimos libros, las Leyes, añadió aquella poesía en la que es el poeta, el narrador, quien habla de los protagonistas de la historia. Algo que ocurre en la epopeya. En el mismo libro, Platón determinó que la música, todo el arte musical, es «representativo e imitativo». En definitiva, aquél que es inspirado por las Musas.

Pero, tras esta reflexión, tras determinar que el arte representa la naturaleza, la realidad, cabe hacerse una pregunta: ¿cómo es esa imitación? ¿Es veraz o engañosa?

El arte crea imágenes

Platón, como hemos dicho, introdujo de forma novedosa el término «mímesis», dándole un sentido de imitación como reproducción, pero mantuvo, también, el término imitar como representar algo. Así que concluyó que el pintor o el escultor al «imitar» a una persona, no están creando otra persona parecida, sino que lo que crean es su imagen. Situando a ésta en un orden diferente de cosas, con otras características y cualidades, a pesar de sus posibles semejanzas. Así que el concepto de «mímesis» platónico tiene dos rasgos fundamentales. O, por decirlo de otra forma, de la tesis platónica deducimos dos conclusiones: Por un lado, que el pintor o el escultor, en definitiva, el artista, crea una imagen que se parece a la realidad pero que no es aquella; por otro, y como consecuencia de lo anterior, esa imagen es irreal.

Así que nos encontramos con que las obras artísticas son además imitaciones, algo así como «fantasmas». Claro, las obras de esta clase de arte, porque Platón distingue también aquellas que crean cosas verdaderas.

En el Cratilo abunda más en el tema para asegurar que una obra que se limite a realizar una copia del original, por muy fiel que sea, carece de valor artístico alguno, ya que sencillamente es una copia. Pero, por otra parte, una imitación que no fuera fiel es, claro, una mentira, una falsedad.

Por último, en el Sofista, en su división de las artes entre las que producen objetos y las que crean imágenes, añade una subdivisión de las segundas, distinguiendo entre aquellas cuyas imágenes guardan cierta proporción, color, etc., con el objeto imitado y entra aquellas que no lo hacen. Estas últimas, asegura Platón, ya no crean “imitaciones”, sino “ilusiones”.

Imagen: bitacoraantonyramos.blogspot.com.es/