Propiedades emergentes
Se dice, desde determinada posición metafísica llamada «emergentismo», que los sistemas complejos tienen propiedades emergentes. Estas son un tipo de propiedades resultantes de la interacción de los componentes del sistema y de las propiedades que caracterizan a estos componentes. Las propiedades emergentes no son reductibles a los componentes del sistema, es decir, son propiedades que estos componentes no tendrían aisladamente ni se pueden explicar en términos de los componentes del sistema, sino solo como producto de la interacción entre ellos.
Algunas consideraciones para entender la naturaleza de las propiedades emergentes
Para entender la naturaleza de las propiedades emergentes podemos utilizar un modelo jerárquico. De este modo, en un primer nivel estarían las propiedades propiamente dichas, aquellas que caracterizan a un objeto con independencia de que esté relacionado con otros. Y en un nivel superior podríamos situar las propiedades emergentes, que son aquellas que surgen por la interacción de varios individuos de forma sistemática y organizada. Las propiedades emergentes son las propiedades de una totalidad, las cuales, como hemos dicho más arriba, no pueden reducirse a las propiedades de los individuos que forman dicha totalidad.
Además, es importante destacar que las propiedades emergentes pueden ser tanto cualitativas como cuantitativas. Las propiedades emergentes cualitativas son aquellas que no pueden ser medidas, pero sí pueden ser observadas y descritas. Por otro lado, las propiedades emergentes cuantitativas son aquellas que pueden ser medidas y cuantificadas. Ambos tipos de propiedades emergentes son igualmente importantes y contribuyen a la complejidad y singularidad de los sistemas complejos.
Las propiedades emergentes tienen un carácter de novedad con respecto al mundo en el que surgen. Es decir, antes de que en dicho mundo aparezcan las totalidades a partir de las que surgen estas propiedades, estas propiedades no existían. Por ejemplo, una colonia de hormigas tiene propiedades que no tienen los individuos, sino solo la colonia como un todo. Una hormiga sola se comporta de forma aleatoria, sin embargo, la colonia como un todo funciona como una totalidad eficiente, capaz de construir y acondicionar un hormiguero, atacar a otra colonia o llenar las despensas. De este modo, la colonia de hormigas tiene propiedades que no tienen los individuos.
Las propiedades emergentes de un sistema complejo pueden ser confundidas con las propiedades aditivas de un objeto, esto es, las propiedades que se pueden inferir a partir de las partes del objeto. Por ejemplo, la masa de un objeto es una propiedad aditiva. Como paradigma de propiedad emergente suele citarse la mente.
El emergentismo y el problema mente-cuerpo
Según el punto de vista emergentista, la mente es una propiedad emergente de algunos objetos. El ser humano visto como un sistema complejo tiene mente, es decir, a partir de la interacción de los componentes del sistema que constituye un individuo humano, surge una propiedad (o una serie de propiedades) irreductible a esos componentes. Por ejemplo, un dolor de muelas, en cuanto estado mental, es una propiedad emergente. Para verlo más claro, una neurona por sí sola es una célula que ni sabe trigonometría ni sabe que existe ni se pregunta qué hay hoy para comer. Sin embargo, el individuo humano tiene propiedades emergentes, tales como conocimiento de su propia existencia e interés por saber qué comerá hoy. Ninguno de los componentes que forman la totalidad del organismo humano tiene esas propiedades, sino solo el organismo como un todo.
No todo el mundo es emergentista
En primer lugar, hay que decir que no solo los filósofos son emergentistas, sino que en este club también hay artistas, biólogos, ingenieros, químicos (estos son grandes emergentistas), etc. Y esto es así porque existen sistemas físicos complejos cuyas propiedades resulta trabajoso explicar y comprender en términos reductivos, es decir, en términos de las propiedades de los componentes que forman el sistema. Y en segundo lugar, que el club de los emergentistas tenga cierto éxito no conlleva que todo el mundo esté de acuerdo con la idea. En efecto, la idea de que algunas propiedades «emergen» a partir de la interacción de los componentes de un sistema resulta misteriosa para muchos de sus críticos, los cuales tachan de epifanías a las propiedades emergentes.
Además, es relevante mencionar que el emergentismo tiene implicaciones en diversas áreas de estudio, como la biología, la física, la psicología, la sociología, entre otras. En cada una de estas disciplinas, el emergentismo ofrece una perspectiva única y valiosa para entender la complejidad y la interdependencia de los sistemas que se estudian. Por ejemplo, en la biología, el emergentismo puede ayudar a entender cómo las propiedades emergentes de un organismo, como su capacidad para adaptarse a su entorno, surgen de la interacción de sus componentes biológicos a nivel celular o molecular. En la física, el emergentismo puede ayudar a entender cómo las propiedades emergentes de un sistema físico, como su estabilidad o su comportamiento en diferentes condiciones, surgen de la interacción de sus componentes físicos a nivel atómico o subatómico. En la psicología, el emergentismo puede ayudar a entender cómo las propiedades emergentes de la mente, como la conciencia o la inteligencia, surgen de la interacción de sus componentes neuronales a nivel cerebral. Y en la sociología, el emergentismo puede ayudar a entender cómo las propiedades emergentes de una sociedad, como su cultura o su estructura social, surgen de la interacción de sus componentes humanos a nivel individual o grupal.