Ontología de los Valores – Segunda Parte
El valor es una cualidad irreal porque no es una cosa, por ejemplo la belleza, no es, sólo es la cualidad de algo.
Tampoco se trata de una cualidad ideal porque lo ideal es lo que tiene fundamento y consecuencia, como los números, el círculo y el triángulo, así como lo real es lo que tiene causa y produce efectos.
Los valores no se pueden demostrar, sólo se pueden mostrar; y son extraños la cantidad, al tiempo y al espacio; o sea que una cosa es valiosa independientemente del tiempo, del espacio y del número.
Los valores, además, son absolutos, porque si fueran relativos serían valiosos para unos individuos y para otros no, para un momento histórico y para otro no, cosa que no puede ser, porque los valores son ajenos al tiempo, al espacio y al número.
Los hombres pueden intuir o no intuir tales valores, no verlos o verlos claramente; no son históricos, lo que ocurre es que hay épocas en que no se pueden percibir ciertos valores, pero los valores siempre están allí.
La tercera categoría en la esfera ontológica de los valores es la polaridad de la no indiferencia, o sea que hay cosas que tienen valor porque no nos son indiferentes y esto implica la polaridad, porque hay dos posibilidades de indiferencia, un polo positivo y un polo negativo, ya que todo valor tiene su contravalor. Por ejemplo, al valor conveniente se contrapone al valor inconveniente, bueno se contrapone a malo, generoso a mezquino, bello a feo.
La cuarta categoría de esta esfera ontológica de los valores es la jerarquía, porque los valores tienen jerarquía.
La clasificación de los valores según su jerarquía ha sido estudiada por la mayoría de los filósofos contemporáneos que se ocuparon de este tema.
La jerarquía de un valor se establece de acuerdo a lo lejos o cerca que se encuentra de la indiferencia; los valores de mayor jerarquía estarían más lejos de la indiferencia y los valores de menor jerarquía más cerca.
La clasificación de los valores de Scheler agrupa los valores en las siguientes clases:
Valores útiles: por ejemplo: conveniente, inconveniente, adecuado inadecuado.
Valores vitales: fuerte, débil.
Valores lógicos: verdad, falsedad
Valores estéticos: bello, feo
Valores éticos: justo e injusto y
Valores religiosos: santo, profano
Scheler coloca en primer lugar a los valores religiosos, sobre los estéticos, para quien tenga la intuición de los valores religiosos. Luego coloca los valores estéticos sobre los lógicos; los valores lógicos sobre los vitales y los vitales sobre los útiles.
La jerarquía de valores puede ser útil a un grupo o a una ciencia que se relacione con ellos.
Por ejemplo, la teoría pura de los valores útiles puede ser el fundamento de la economía y los valores vitales permiten introducir método y claridad científica a distintos problemas que desde hace muchos años preocupan a distintas disciplinas, como por ejemplo la moda, la indumentaria, las formas de vida, el trato social, el deporte, los juegos, las ceremonias, etc.
El estudio de los valores lógicos sirve de base a la lógica y el estudio de los valores morales a la ética.
En la filosofía contemporánea una previa teoría de los valores es el fundamento de la lógica, de la estética y de la ética.
Lo mismo ocurre con la filosofía de la religión, que tiene que fundarse en un estudio riguroso de los valores religiosos.
Sobre este tema, Gündler escribió un ensayo titulado “Filosofía de la religión sobre base fenomenológica”, sobre los valores religiosos.
Los valores no son, sino que valen, por lo tanto no atentan contra la unidad del Ser. Son cualidades necesariamente de cosas, que están adheridas a las cosas, o sea representan el valor que se le da a la realidad y es allí donde se encuentra la unidad perfecta del ser de las cosas.
Fuente: “Lecciones preliminares de filosofía”; José García Morente.