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La Pérdida de los Valores Humanos

Publicado por Malena

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En Australia ocurrió no hace mucho tiempo una tragedia que trasciende las crónicas más aberrantes, que nos indican que algunos jóvenes sólo se guían por su afán hedonista y no tienen reparos en utilizar los medios más crueles y salvajes para desligarse de las responsabilidades que han asumido libremente, para dar rienda suelta a sus instintos.

Este joven era de origen chino, hacía cuatro años que estaba casado con una chica coreana y tenían dos niños pequeños.

Era jugador y mujeriego y por esta razón el matrimonio comenzó a tener dificultades hasta que el hombre abandonó el hogar para irse a vivir con otra mujer.

Su esposa intentó por todos los medios que volviera, hasta el límite de ir a buscarlo a su nuevo domicilio donde vivía con su nueva pareja.

Pero sus intentos fueron infructuosos, decidiendo la joven mujer concurrir a un servicio social para solicitar ayuda.

Cuando su marido fue citado por los profesionales, éste se enfureció y al poco tiempo su esposa y los niños desaparecieron misteriosamente del hogar.

La policía pensó lo peor y que tal vez se trataba de una venganza de la mafia del juego debido a que el marido tenía muchas deudas, pero las investigaciones dieron como resultado que el primer sospechoso de la desaparición de su familia era él.

Ni bien ocurrieron las desapariciones, este hombre con su pareja huyó a Corea con pasaje de ida y vuelta para despistar a la policía. No lo pudieron detener porque aún no se habían encontrado los cuerpos ni tampoco tenían una escena del crimen, según los allanamientos realizados en las viviendas donde habían estado.

Sin embargo, en un lugar alejado de la ciudad, donde habitualmente la gente lleva desperdicios, al realizar una inspección del lugar, las autoridades encontraron dos valijas en las cuales se encontraron los cuerpos de las tres víctimas.

Se supo posteriormente que el marido había ido a buscar a su mujer y a sus hijos en un auto alquilado con el propósito oculto de matarlos, asesinatos que ejecutó con pasmosa frialdad, harto de que interfirieran en sus planes.

Luego de haber abandonado los cuerpos en el basural, para poder huir a Corea, vendió todas sus pertenencias, extrajo de la cuenta bancaria de su esposa el saldo de dinero que quedaba, utilizando como cómplice a su pareja y falsificando la firma.

Al encontrar los cuerpos y reunir suficientes evidencias, la policía recurrió a INTERPOL para detenerlo. Afortunadamente fue hallado y extraditado a Australia donde fue juzgado y condenado.

Actualmente purga una condena de 26 años, a mi entender demasiado benévola por la magnitud de las atrocidades cometidas.

El asesino también abandonó a la joven que lo acompañaba, la cual al demostrar no haber participado voluntariamente en el asesinato, gozó de inmunidad por aportar datos valiosos para apresarlo.

Este es uno, tal vez el más espantoso, de los muchos ejemplos que existen, que nos muestra cómo hay personas que pierden el sentido de los valores humanos y deciden priorizar sus ambiciones personales y sus pasiones aunque esto signifique tener que matar a sus propios hijos.