Historia de la lógica (V): Pedro Abelardo
Pedro Abelardo es uno de los filósofos más interesantes de toda la Edad Media. Y, desde el punto de vista de la lógica, sentó las bases de la disciplina para todo el resto de la Edad Media. No vamos a hablar aquí ni de su vida ni de sus vicisitudes, pues ya le dedicamos un artículo completo. Lo que sí que vamos a tratar son algunas de sus aportaciones más importantes realizadas por Abelardo a la lógica.
La concepeción de la lógica de Pedro Abelardo
Para Pedro Abelardo la lógica se ocupa de la expresión verbal de los pensamientos, es decir, de las oraciones. Dentro del grupo de las oraciones están las que pueden ser verdaderas o falsas, las cuales Abelardo define como proposiciones. Las proposiciones verdaderas significan, desde este punto de vista, estados de cosas y esto es lo que interesa desde un punto de vista lógico.
Abelardo y las proposiciones modales
Abelardo tocó muchos temas en los que los lógicos actuales están trabajando, tales como las proposiciones modales. Desde este punto de vista, si bien su doctrina no es demasiado convincente, sí que haría uso de una distinción que después sería casi omnipresente en la Edad Media y que fue rescatada para la lógica y la filosofía contemporáneas por William Kneale. Se trata de la distinción De dicto/De re. Por supuesto, Abelardo no le dio el nombre a la distinción, aunque en sus consideraciones acerca de las proposiciones modales sí que hizo uso de esta para decir que las proposiciones modales De re no son auténticas proposiciones modales, algo que hoy en día no se acepta.
Para entender esto: los operadores modales son «necesario», «posible», «contingente» e «imposible». Estas partículas modales, tal y como se acepta hoy día se puede entender que se aplican sobre proposiciones enteras (de dicto) o sobre partes de estas (de re).
Abelardo y el condicional
Pedro Abelardo también se interesó por el estudio de las proposiciones condicionales (consequentia). Para él esta noción también significa «seguirse de», en el sentido en el que hoy decimos que la conclusión de un argumento se sigue de sus premisas. Desde su punto de vista, los enunciados condicionales envuelven conexiones necesarias, de modo que para él son enunciados necesarios. En este punto, Abelardo dice que hay algunos argumentos en los que la conclusión puede perfectamente ser establecida a partir de las premisas sobre la base de su estructura. Son argumentos de este tipo: «Si A es B y B es C, entonces A es C». Sin embargo, existen otros argumentos cuya conclusión no puede establecerse en función de su estructura. La solución propuesta por Abelardo en este sentido es la aplicación de algún suplemento extralógico sobre la naturaleza de las cosas nombradas por los términos utilizados en el argumento.
Y así llega Abelardo a constituir el que sería uno de los problemas más importantes de la lógica medieval, el cual también motiva a los actuales lógicos de la relevancia, a saber, el problema de las paradojas de la implicación, de las que ya hemos hablado en este blog.