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El Arte de Ser Feliz – Primera Parte

Publicado por Malena

el arte de ser feliz

Si decidimos trabajar en una determinada tarea, necesitamos la capacitación adecuada para realizarla bien, tener un buen rendimiento y sentirnos satisfechos.

Sin embargo, el arte de vivir bien, que es lo más importante, no se aprende, porque a la mayoría le enseñan a tener miedo, cuidarse y no arriesgarse, a ser igual que los demás y a hacer lo mismo.

Entonces, cuando sienten que el mundo se tambalea, que está rodeado de violencia, de injusticias y de ambiciones desmedidas; y que viven desconformes, temerosos y confundidos, pierden la orientación y buscan ayuda espiritual, su último refugio.

Les surge la necesidad de entrar a una iglesia o a una secta, de leer libros de autoayuda, de hacer una psicoterapia profunda para bucear en su propia interioridad, o de volver a la fuente de la sabiduría: nuestros sabios ancestros, aquellos que se dieron cuenta de cómo funcionaba la realidad y del poder que tienen todos los mortales en sus manos para lograr una vida plena y ser felices.

Este mundo en que vivimos tiene sus leyes para poder funcionar correctamente, que son inquebrantables y que la gente ha decidido no tenerlas en cuenta por aferrarse a ilusiones materiales .

Sabios y profetas de todos los tiempos y de todas las religiones las conocían y trataron de difundirlas; y los que desoyeron sus enseñanzas, interpretándolas para su propio beneficio, fueron creando un sistema de vida perverso, en contra de esas leyes universales; y por esta razón el mundo ha perdido el camino.

Gracias a este estado de cosas, nos hemos acostumbrado a vivir a la defensiva. Tenemos miedo, angustia y no nos atrevemos a esperar nada bueno. Al contrario, vivimos en un ambiente cargado de presagios, de malos augurios, de siniestros pronósticos, de temor a las catástrofes y al Apocalipsis.

La más antigua sabiduría del mundo enseñaba que para lograr la felicidad y el bien supremo, los seres humanos tienen que respetar las cuatro leyes básicas del Universo:

La Ley mental, todo es mente

La Ley del Ser, yo Soy

La Ley del Espíritu, todo es Dios

La Ley del Perdón, la purificación

La ley mental sostiene que el universo es mental, que tenemos una mente poderosa que hay que aprender a usar; porque de acuerdo a cómo lo hagamos así será nuestra vida, nuestra familia, nuestros hijos, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y todo lo que nos pase; porque nada es casual y todo es el resultado de cómo pensamos.

La ley del ser significa que Yo Soy el que soy y no otro diferente; que que somos únicos y tenemos que realizarnos como la persona que somos pensando en el bien absoluto y la perfección.

La ley del Espíritu que nos dice que todo es Dios, trascendente e inmanente, el hombre es un microcosmos y en él se encuentra el macro cosmos.

La ley del Perdón o la purificación por el perdón. Podemos liberarnos del karma de vidas anteriores y de esta vida perdonando todo a todos y pidiendo nosotros perdón.

Es importante aprender cómo funciona la mente, cómo recibe las impresiones del entorno y cómo el mundo llega a influir en nosotros; para liberarnos y llegar a pensar solo el bien siendo nosotros mismos

Disponemos de distintos estados de conciencia:

la mente consciente

la mente sub-consciente

la mente supra-consciente

la mente consciente: es la que tenemos en el momento presente,

la mente sub-consciente: es la que contiene todas nuestras experiencias vividas, o sea todo lo que escuchamos y lo que aprendimos que nos sirvió para crear una estructura de pensamiento que nos limita y programa nuestra vida como un disco rígido.

Nuestras experiencias pasadas se han convertido en un modelo de cómo se hacen las cosas y casi sin sospecharlo vamos cumpliendo esos mandatos que hemos registrado, casi sin posibilidad alguna de discernimiento propio. Nos sentimos cómodos pero infelices, haciendo lo que hacen los demás, diciendo lo mismo y pensando también como ellos.

La mente supra consciente, la instancia en que ya somos capaces de proyectar y fijar en el sub conciente solo lo bueno y la perfección.

La mente de la mayoría se ha convertido en una vieja computadora gastada y bastante mal programada, que nunca funcionó y que sigue repitiendo errores y programas que nunca sirvieron, que no permiten la libre realización personal, ni ser felices, ni crear nada nuevo.

Ha llegado la hora de cambiar el disco rígido por uno verdadero, el propio, el único y distinto que respete las cuatro leyes básicas del Universo y que permita a los seres humanos ser felices.

(continúa segunda parte)

Fuente: “Los Pilares de la Metafísica”, Rubén Cedeño, Editorial Manifestación, 1997, Venezuela.