Anaximandro de Mileto y el «Apeirón»-Parte I
Anaximandro de Mileto con su audaz concepto del «apeirón», fue el primero además en enunciar una teoría de la evolución
Anaximandro (siglo VI a. de C.) fue discípulo de Tales en la escuela de Mileto. Fue el primero que escribió un libro en prosa inaugurando así un nuevo género literario, ya que hasta ese momento sólo se escribía en verso por tradición poética y educacional.
Se interesó por la Astronomía y la Geometría y escribió “Sobre la naturaleza”, “Sobre las Estrellas Fijas” y “Una esfera celeste”.
Inventó el «gnomon», especie de reloj de sol que servía también para marcar los solsticios y equinoccios. Trazó por primera vez en la historia el perímetro del mar y la tierra diseñando un mapamundi y una esfera celeste, también conocida como carta de los cielos.
Fue organizador político y militar y se le atribuye la predicción de un terremoto.
La filosofía de Anaximandro es un desarrollo crítico del ya iniciado racionalismo que demostraba Tales, su maestro.
Introduce el concepto de “Apeirón”. Esta idea afirmaba que el principio de las cosas no son los elementos como el aire, fuego, tierra o agua, y que lo es otra naturaleza indefinida o infinita que denomina “Apeirón”.
El “Apeirón” es lo que no tiene límite, lo indeterminado, no posee ni bordes ni extremos, porque está unido en un anillo, en una especie de llanta.
Del núcleo del “Apeirón” eterno se aparece el gónimos, germen correspondiente a los elementos de carácter opuesto.
Estos opuestos se vinculan ordenadamente en todas las cosas y como Pitágoras, vincula su teoría con los números.
Esta propuesta imagina un orden que tiene un mismo origen único de todas las cosas y su retorno a donde emergió.
Es una doctrina que se asemeja notablemente a las últimas teorías sobre el origen del universo al afirmar que existen mundos infinitos, que pueden ser sucesivos o simultáneos, tal como ya lo afirmaba Einstein.
El cosmos en el cual nos encontramos tiene un comienzo y un final y el “Apeirón” a su vez origina nuevos mundos que también tienen un principio y un final. Los principios de las cosas singulares son infinitos y dan origen a mundos innumerables.
Las ideas de Anaximandro coinciden con los descubrimientos más modernos de la ciencia y con las teorías más avanzadas sobre la existencia de mundos paralelos que comienzan y terminan sin interferir unos con otros, permaneciendo eterno el «Apeirón» según Anaximandro o las partículas según el concepto moderno.
La filosofía de Anaximandro nos hace reflexionar sobre la capacidad del hombre de intuir la verdad.
(continúa en parte II)