La escuela Jonia

Entre aproximadamente el 600-200 a.C., la filosofía griega (fundamentado, principalmente, en su gran importancia) conformó el fundamento claro y exacto acerca de la especulación filosófica en el mundo Occidental, pues las hipótesis intuitivas y sabias de los antiguos griegos llegaron incluso a presagiar hipótesis diversas que en la actualidad se corresponden únicamente con la ciencia moderna, siendo incluidas además muchas ideas morales dentro de nuestra propia cultura, pues no hay que olvidar, en un primer instante, que ésta fue resultado de aquella.

En cierto sentido, la Filosofía griega puede ser divida en dos grandes grupos de filósofos: en primer lugar, aquellos que buscaban la explicación acerca del mundo en sí, mediante una forma física (en términos físicos, para ser más exactos), y aquellos que únicamente tenían en cuenta la importancia de las formas e ideas inmateriales.

Destacó, a partir de los primeros momentos, la denominada Escuela Milesia o Jonia, en gran parte materialista, y fundada por el gran filósofo Tales de Mileto aproximadamente en el siglo VI a.C., partiendo de la creencia (como ya hablábamos de forma muy resumida en un anterior artículo), de que el agua era la sustancia principal y primigenia a partir de la cual procedía en sí toda la materia en su conjunto. En este caso, Anaximandro avanzó aún mucho más, argumentando que la base de toda la materia era una sustancia eterna que se transformaba en todas las formas -materiales- que conocemos, por ejemplo, habitual y actualmente, las cuales cambiaban y se fundían con otras dependiendo de la regla de la justicia, y gracias a las que existía luego una evidente proporción y un equilibrio claro. No obstante, Heraclito consideraba que el fuego era la parte esencial de la materia, aunque defendía incluso que el mundo en su conjunto estaba en un cambio constante, y que sus objetos y formas se producían por la unión de elementos opuestos (en este caso, por ejemplo, consideraba el alma como una mezcla delicada de agua y fuego).

El concepto de inteligencia fue reflexionado por Anaxágoras, quien sostenía que era una sustancia infinita que penetraba en el cuerpo de cada sujeto, y que la materia consistía en una serie de partículas denominadas átomos.

Como vemos, estos fueron algunos de los principios importantes (y destacados), de esta primera Escuela, pues se propuso un principio no físico director, junto a una base material de la propia existencia.

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Principales filósofos de esta Escuela: Tales de Mileto (su fundador), Heráclito, Anaxímenes, Anaximandro, Anaxágoras.