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La Búsqueda del Desarrollo y el Crecimiento Personal

Publicado por Malena

Hoy en día, la búsqueda del desarrollo y el crecimiento personal no sólo representa una inquietud elitista sino que forma parte de las aspiraciones de todo aquel que no encuentra sosiego ni siente placer con lo que le sucede.

Este proceso no es algo surgido en la actualidad como consecuencia de los avatares de la moda sino que es un fenómeno que ocurre desde la antigüedad.

Para los filósofos griegos, lo razonable era tener que realizar un esfuerzo para llegar a realizarse como ser humano; aprender a dialogar, a controlar las emociones, a mantenerse, a vivir, ya sea practicando ejercicios espirituales o filosóficos, o trabajando intensamente en uno mismo como lo hace un músico cuando practica con su instrumento.

Actualmente, todo el mundo tiene acceso a manuales de autoayuda para encarar el difícil arte de vivir y descubren a la meditación como una herramienta eficaz para bucear en su interioridad y favorecer su desarrollo personal, el equilibrio mental, la paz interior; y para encontrarse a sí mismos.

Se trata de descubrir nuevos recursos ocultos, como una vocación, mayor creatividad, mejor control emocional o una mejor manera de relacionarse y de comunicarse.

En definitiva sacar el mejor provecho de las potencialidades personales y disminuir el sufrimiento para poder ser cada día mejores.

La ciencia ha corroborado los beneficios de la meditación y del perdón, para mejorar el equilibrio de la psique, disminuir la ansiedad y el estrés y para ser capaces de concentrarse en las genuinas metas sin bloqueos ni obstáculos ocasionales.

Todos los medios de comunicación, como la prensa escrita, la radio, la televisión, el acceso a internet, gran cantidad de bibliografía especializada de divulgación científica y el ejercicio de la psicología silvestre por quienes pueden canalizar su sabiduría a través de estos medios, brindan cada vez más la oportunidad a un mayor número de personas que se sienten identificadas con la necesidad de vivir este proceso.

Los que pertenecen a élites intelectuales se resisten a que estas prácticas, reservada a unos pocos privilegiados, se generalicen llegando al alcance de las masas con poca educación y con poco criterio propio, pero se dan cuenta que se trata de un camino sin retorno.

El primer intento de autoayuda para lograr el desarrollo personal moderno se puede adjudicar a Émile Coué (1857-1926), quien elaboró un método contenido en su obra “El dominio de uno mismo”, publicado en 1926, cuyo objetivo era desarrollar las capacidades de curación o de superación de las debilidades psíquicas, basándose en la convicción de que todo lo que se apodera del espíritu tiende a convertirse en algo verdadero y a transformarse en acto.

Las intuiciones de Coué relacionadas con las nefastas consecuencias de los pensamientos negativos, fueron precursoras de toda una corriente de pensamiento que inundó con abundante bibliografía las librerías de todo el mundo hasta nuestros días, que aún continúa.

Coué, se hizo célebre en esa época y fue invitado a dar conferencias en Estados Unidos, logrando la afluencia de gran cantidad de público.

En ese país, Dale Carnegie, con su libro “Cómo ganar amigos e influenciar a los demás” publicado en 1936, y Norman Vincent Peale, en 1952, con “El poder del pensamiento positivo”; también se destacaron por sus obras, de las cuales se vendieron más de cincuenta millones de ejemplares, manteniéndose durante muchos años en la lista de los libros más vendidos.

Todos estos trabajos ejercieron una importante influencia en la forma de considerar el desarrollo personal, suceso que se repitió en toda Europa y que aún continúa llenando las librerías de interesados.

Estos conceptos que se diseminaron como reguero de pólvora, encontraron tierra fértil en culturas individualistas que consideraban al éxito como realización personal.

Sin embargo, muchos filósofos hacen hincapié en que el desarrollo personal orientado hacia el éxito, no siempre garantiza la paz interior y el equilibrio ni es compatible con la moral y el bien común; y que si se olvidan los valores, el desarrollo personal no tiene sentido ni utilidad alguna y resulta estéril.

Por lo tanto, lo que corresponde es ampliar los objetivos del trabajo sobre sí mismo, yendo más allá del ego.

Fuente: “Filosofía hoy”;”Gran Historia de la Psicología”; “Crecimiento personal-En busca de la felicidad”; Christophe André.