Monismo y Panteísmo
El monismo es la concepción filosófica que intenta explicar la realidad a partir de un principio último, de un absoluto, como fundamento inmanente o trascendente al mundo de todas las cosas.
Inmanente es cuando se considera que este principio se encuentra en cada manifestación de la realidad y trascendente cuando está más allá de las cosas.
A pesar de su aparente dualidad la realidad es una unidad que se manifiesta a través de dos aspectos, físico y espiritual, lo que da lugar al monismo espiritualista.
Por ejemplo el materialismo, el panteísmo y el idealismo metafísico, son monismos y la dualidad son los dos aspectos de la unidad.
El panteísmo es el monismo que considera al ser último y único como causa inmanente de todas las cosas, de naturaleza divina, como la filosofía de Baruch Spinoza o la de Schelling.
El monismo gnoseológico es un concepto más amplio que el metafísico, que considera que la cosa y la idea de ella coinciden en la relación de conocimiento.
Una posición extrema de este monismo es la mística, por ejemplo de Plotino.
El monismo permite formar sistemas consistentes y completos.
Tales, el primer filósofo presocrático, parte de un primer principio, el agua y más adelante, Parménides, Heráclito y Demócrito también son monismos, concepto que aún permanece vigente en otras doctrinas.
El monismo se opone al dualismo y al pluralismo.
El panteísmo es la doctrina que sostiene que el universo es Dios que se manifiesta en el universo. Pertenecen al panteísmo todas las doctrinas que identifican a Dios con el Universo.
Los hindúes y los budistas son panteístas y muchos filósofos griegos fueron los precursores del panteísmo occidental.
En la Edad Media y en el Renacimiento el panteísmo lo continúa el Neoplatonismo y el Misticismo judeocristiano.
En el siglo XVII, Baruch Spinoza formula su doctrina panteísta más completa con el concepto de Dios y la naturaleza como una unidad.
En el centro del sistema de Spinoza está la idea de sustancia con dos atributos: pensamiento (mundo ideal o conciencia) y extensión (mundo material); dos aspectos de lo mismo que concuerdan plenamente, el sujeto y el objeto, el pensamiento y el ser.
Schelling encuentra una solución monista y panteísta al problema del conocimiento, la unidad de la naturaleza y el espíritu, del objeto y del sujeto.
La teoría del conocimiento queda totalmente absorbida por la metafísica que no obstante, no se considera de valor científico.
En la posición dualista y teísta del universo, el dualismo empírico del sujeto y del objeto se basa en un dualismo metafísico; manteniendo la diferencia esencial del pensamiento y el ser, la conciencia y la realidad.
Aunque esta dualidad no es para siempre, porque finalmente el sujeto y el objeto, el pensamiento y el ser terminan en un último principio común o fuente de la totalidad, como la posición de la que participa el teísmo cristiano.
En la antigüedad, lo encontramos en Platón y Aristóteles y en la Edad Media en San Agustín y Santo Tomás de Aquino, que son sus principales representantes.
Descartes se encuentra dentro del teísmo cristiano y lo mismo se puede decir de Leibniz.
La metafísica teísta puede ser la conclusión de la teoría del conocimiento, pero nunca puede ser la base de la solución del problema del conocimiento.
Fuente: Teoría del Conocimiento, J. Hessen, Editorial Losada, 1956; y
Enciclopedia Británica.