Filosofía de la Religión-Parte I
Las religiones son cosmovisiones.
La religión es un modo de entender y explicar la realidad, de comprender al hombre, su origen, el sentido de su vida y el misterio de la muerte; desde un punto de vista espiritual.
Las religiones conocidas más antiguas tienen más de cinco mil años de antigüedad, sin embargo, todas ellas difieren de forma pero no de fondo.
Las religiones son los distintos caminos que el hombre decide transitar para la búsqueda de la misma meta que es Dios.
Egipto fue la cuna de las doctrinas místicas que no se identificaron con ninguna secta religiosa pero que influyeron de alguna manera en el pensamiento de los profetas orientales y también de los occidentales.
La sabiduría hermética de origen egipcio se basa en el dominio de las fuerzas mentales, que pueden transmutarse de una clase de vibraciones mentales en otras.
La mente es el Todo, todo vibra, tiene dos polos opuestos y todo se mueve como un péndulo. Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa y todo ocurre de acuerdo con la Ley natural, porque el azar no existe, y la generación se manifiesta en todos los planos.
La mente y la materia pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.
Más allá del Cosmos, del tiempo y del espacio, se encuentra la realidad sustancial, la verdad fundamental. El Todo.
El Todo es mente viviente, no es materia, es espíritu.
El Universo es una creación mental en la mente del Todo y Todo es mente.
El que tiene sabiduría y utiliza la Ley natural puede transmutar lo que no desea en algo valioso y lograr el triunfo.
Desde el punto de vista del absoluto, el Universo es una ilusión, un sueño.
Las verdades absolutas son las que conoce y ve la mente de Dios y las relativas las que se comprende con la razón humana.
La materia sólo existe para nuestros sentidos. Los sabios y nuestras propias intuiciones nos enseñan que no nos equivocaremos si tratamos de vivir bien, alineados a la tendencia universal en el mismo sentido, a pesar de las aparentes evidencias en contra.
Este punto de vista es inmanente, todo está en el Todo y el Todo está en todas las cosas.
Existe un plano de conciencia superior y uno inferior. Si nos mantenemos en el plano superior de conciencia el péndulo mental se libera de la oscilación contraria y se mantiene polarizado en el polo positivo.
El hombre sabio acepta la Ley universal y comprendiéndola puede operar en ella y no ser su esclavo.
El Hinduismo es una religión milenaria también panteísta. Brahma es el Dios invisible que es en sí y engendra todo lo múltiple por emanación. Todo procede de él y todo retorna a él.
La aspiración suprema es ir hacia la divinidad y se alcanza por medio de la ética, el conocimiento y el Yoga (práctica que integra el espíritu humano a Dios).
Shiva es el dios destructor.
El hombre pasa por una serie de transformaciones y vidas, su esperanza es unirse a Brahma, a través del conocimiento de la verdad, y salir de la interminable sucesión de nacimientos y muertes.
Sólo se consigue con la abstinencia, la continencia y la contemplación.
El Hinduismo es la religión nacional de la India y la más difundida.
Esta religión sostiene que existe un motivo subyacente en todo.
El hombre común quiere placer, éxito, responsabilidad y liberarse de los obstáculos que le impiden la satisfacción de sus deseos.
Pero el objetivo real de la vida no es ese, sino que radica en liberarnos del karma o condicionamiento, o de las aflicciones de las vidas pasadas.
El karma es el efecto de toda acción humana que condiciona las vidas. Las malas acciones persiguen el alma a través del tiempo y el espacio hasta que la deuda ha sido pagada.
Se puede salir del karma con la gracia del estado de Ser, más allá del bien y del mal. El Ser es la unidad de los opuestos, luego el mal ya no existe.
(continúa en Parte II)