La Sencillez
¿Cómo es ser una persona sencilla? , ya que la sencillez se considera una cualidad deseable que favorece las relaciones interpersonales.
¿Acaso se puede aprender a ser sencillo?
La sencillez es una virtud que permite a una persona ser accesible y mostrarse dispuesto a establecer el vínculo que sea necesario con otro.
Una actitud contraria a la sencillez es la solemnidad, tener una imagen intimidante que cierre de antemano, sin excepciones, el canal de comunicación con los demás.
Las personas sofisticadas no son sencillas, porque adulteran y falsifican las cosas para aceptarlas. Lejos de ser sinónimo de elegancia, el sofisticado es rebuscado, complaciéndose en hacer complejo lo que puede ser simple.
El refinamiento se relaciona con la sencillez y con la ausencia de afectación.
La sencillez es la llaneza de lo natural, de lo fácil, de lo comprensible, que puede llegar a todos sin oscuros obstáculos y es lo que caracteriza a la belleza.
Lo sencillo es lo ingenuo, lo franco, lo sincero y afable; así como es sencilla la naturaleza, que se brinda sin condiciones.
La sencillez la expresa el que elige el camino directo, sin vueltas, para evitar las malas interpretaciones que produce la ambigüedad de los atajos.
La característica de la sencillez es estar libre de disfraces y complicaciones, cualidades que garantizan el trato veraz y sin dobleces.
La persona sencilla puede ser incauta y fácil de engañar, porque se entrega, pero el engaño, como no es real, no la puede afectar.
La sencillez no necesita adornos ni hacer ostentación, porque es como el agua, que sin tener ni gusto, ni sabor, ni color, es igualmente necesaria.
Para ser auténtico hay que empezar por ser sencillo, no escabroso, dificultoso, arduo o peligroso, deseoso de mostrarse tal cual es, sin afectación ni ningún decorado, porque el hábito no hace al monje y el mejor atavío no nos puede decir nada de alguien, aunque esté lujosamente engalanado.
El arte sencillo es el que permanece, la literatura que se recuerda es la que se entiende; y la mejor explicación es la más breve.
Es difícil ser sencillo en un mundo complicado, pero se puede. En realidad la naturaleza es sencilla, es este mundo hecho por hombres solemnes el que no se entiende.
Hablar claro es ir al grano, sin embargo, todos los que quieren destacarse y sobresalir dan muchos rodeos para ocultar que en realidad no están diciendo nada.
Cuando alguien está muy producido o muy acicalado, por lo general no tiene nada adentro y necesita ocultar lo poco que es, luciendo afectado.
La erudición es el adorno del buen decir que convierte a las frases en un laberinto donde se encuentran enredadas las ideas y donde se suele perder la gente sencilla.
Los eruditos prefieren ignorar a la mejor audiencia, la verdadera; ya que se esfuerzan para que los admiren los legos y se pierden la oportunidad de que los entiendan las almas inocentes de aquellos que no tienen prejuicios; porque la sencillez aclara y las complejidades oscurecen.
Sencilla es la bondad y sencillos son la razón y el amor; y no hay nada más complicado de entender que la conspiración, la arbitrariedad y el significado del dolor.