Biografía de Jean Jacques Rousseau
Nació en Ginebra en 1712 y su madre falleció a los pocos días de su nacimiento. De familia protestante su padre, de fortuna escasa, ejercía el oficio de relojero.
Rousseau era un hombre tímido, sensible y de carácter sombrío.
Siendo adolescente quedó bajo la tutela de su tío quien lo dejó a cargo del pastor Lambercier, junto a su propio hijo.
Esa época vivida en el campo marcó su personalidad soñadora. Era hábil con el dibujo y con la múscia. Fue aprendiz de grabador y posteriormente se desempeñó como criado para una familia de Turín.
Realizó múltiples trabajos, como cantor en la catedral de Annecy y luego como maestro de música en Lausanne.
Finalmente una viuda le brindó protección y de ese modo pudo educarse y estudiar.
Esta mujer, Mme. De Warens, que sólo contaba 28 años, influyó mucho en la vida de Rousseau y lo convirtió al catolicismo.
Trabajando como maestro comienza sus primeras reflexiones críticas sobre la educación vigente.
En 1975 se relacionó con una mujer sin ninguna educación, Thérese Levasseur, a la que trató como a una esposa aunque no se casó y con quien tuvo cinco hijos, los cuales internó en una institución, porque no confiaba en la educación que recibirían con su madre.
Rousseau se vinculó con el barón de Holbach, hombre muy rico y educado en ciencias naturales, colaborador de la Enciclopedia.
Mantenía su postura en contra de los artificios de la vida civilizada que consideraba indigna. Consideraba a las artes y las ciencias como un adorno de las sociedades civilizadas que se convierten en cadenas que coartan la libertad del hombre.
Abogaba por la pureza y la sencillez de la naturaleza destacando la relación entre la decadencia de los pueblos y el progreso de las letras.
Vivía respetando sus propias reglas, sin reloj y observando una vida austera y sencilla.
Despreciaba a los filósofos porque los consideraba partícipes del poder y en 1755 volvió a abrazar el Calvinismo escribiendo sobre los fundamentos de la desigualdad entre los hombres.
Expuso en este escrito, su concepto de la bondad del ser humano, por naturaleza, que se corrompe cuando se pone en contacto con las instituciones, considerando que la filosofía debe ayudar al hombre a conocerse a si mismo.
Para este filósofo, la humanidad debe volver a su estado salvaje para recuperar la bondad y sólo debe satisfacer sus necesidades básicas, porque el salvaje desconoce la queja, el desaliento o el suicidio.
Rousseau defendía la bondad sin vicio del hombre natural que además tiene el sentido de la piedad.
Se oponía al hombre civilizado y estaba en contra del matrimonio que consideraba la causa de adulterios y abortos; y pensaba que el origen de la decadencia del hombre salvaje fue la aparición de la propiedad privada que se transformó en sus cadenas.
El concepto revolucionario de voluntad general apareció en Rousseau en 1758, en el Discurso sobre la economía política.
La voluntad general representa la protección y el bienestar de la colectividad, la fuente de las leyes y la que establece la norma de lo justo e injusto.
Fue el germen de la formulación del contrato social.
Sostiene que un hombre moral debe aspirar a la voluntad general del Estado como buen ciudadano, no a la de su grupo religioso, que no se orienta hacia el bien universal.
El objetivo de la educación es hacer coincidir las voluntades particulares con la general, logrando que reine la virtud.
Entre 1756 y 1762 se retiró para trabajar y escribir intensamente sin ligar su trabajo a la fama ni al reconocimiento, sólo con el objetivo público del bien común.
El Contrato Social, de Rousseau puede considerase una de los aportes más importantes del pensamiento clásico político y su influencia es muy visible en el pensamiento de Marx.
Su concepto de voluntad general, fruto de un pacto entre iguales, representa la renuncia particular de los intereses individuales a favor del bien común.
Russeau no negaba la ilustración pero impulsaba la transformación social y la racionalidad interior que fuera capaz de recuperar la conciencia del hombre. Ilustrado y romántico, fue precursor de Marx y se lo considera el primer teórico de la pedagogía moderna.
Murió en el año 1778, a la edad de 66 años.