La Espiritualidad según Osho
Osho fue un místico del siglo XX que ha sido comparado con Buda y Gandhi, y que ha influido en millones de personas de todo el mundo contemporáneo.
Su pensamiento trata de conciliar los placeres de la vida con la serenidad y plenitud de un Buda.
Su tarea fue ayudar a cambiar al ser humano combinando la sabiduría oriental, el conocimiento científico y la tecnología de occidente.
La meditación activa Osho fue creada para liberar el estrés de la mente y el cuerpo, para permanecer relajado y libre de pensamientos.
Para Osho, son tres los fenómenos que llevan a un ser humano a la iluminación: la vida, el amor y el buen humor.
La vida debe ser pleno gozo y entusiasmo y sólo tiene significado si puede manifestar algo divino y eterno.
Esta forma de vivir conduce al amor, que no tiene que ver con la relación afectiva sino que es un estado de ser. Se trata de amar a todos por igual, amigos, enemigos, conocidos o no.
Si la vida es vivida con entusiasmo y alegría, resulta siempre divertida. Sea lo que sea, la vida será cada día más y más divertida.
Tener sentido del humor es la cualidad religiosa más importante, no la virtud, la verdad o Dios, sólo el sentido del humor.
Cuando se comparte la alegría de vivir, no hay lugar para la tristeza y la vida se convierte en una risa franca.
Es entonces cuando el sentido del humor trasciende la mente y nos damos cuenta que lo que estuvimos buscando durante muchas vidas está dentro de nosotros mismos.
En ese momento no podemos parar de reírnos de nosotros mismos y de lo estúpidos que hemos sido.
La vida es un hecho inexplicable que sólo se puede entender sin palabras, viviéndola. Es un misterio que se puede saber qué es pero no se puede decir qué es.
La vida no tiene ni principio ni final; es, ha sido y será. Lo que llamamos vida es la identificación con un cuerpo y una mente y lo que llamamos muerte es no tener más esa forma y esa mente.
Los que alcanzan a conocer quiénes son, descubren este proceso eterno y sin fin y que aunque todo cambie en ellos, algo perdura, que es el observador, el que continúa allí siempre presenciando todo.
La vida se vive de acuerdo a la propia comprensión, ni a favor ni en contra de la sociedad, con humildad, atreviéndose a equivocarse, porque los errores son la única forma de aprender, ya que no siempre sabemos bien qué hacer.
El hombre es libre y para él no hay seguridad ni certezas. El que es realmente inteligente siempre estará dudando porque no puede confiar en ningún dogma, sólo le queda observar, estar atento y actuar; porque la responsabilidad no es una obligación es tener la capacidad de responder en un mundo siempre cambiante.
No se puede enseñar a vivir, sólo se puede enseñar a ser libres. Los errores no se pueden evitar, pero lo que sí se puede evitar es cometer siempre los mismos errores.
Pensar en la vida no es suficiente, la vida hay que vivirla; porque hay muchos que se han pasado la vida hablando del amor y nunca han amado y otros que han enseñado a meditar y nunca meditaron.
Fuente: «Vida, Amor y Risa»; «Una nueva visión de la espiritualidad»; Osho.