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Osho y los sueños

Publicado por Malena

El sueño libera porque es irreal. Durante el sueño, uno puede estar en cualquier parte y conseguir lo que desea, pero nunca soñar con lo que somos, porque todo sueño es sobre algo que no somos.

Si somos y tenemos lo que deseamos el sueño no podría existir, porque no tiene ningún sentido, tiene que ser algo diferente de la realidad.

En la India creen que existen cuatro estados de conciencia:

El primer estado es la conciencia ordinaria de vigilia, que es cuando parece que estuviéramos despiertos pero apenas lo estamos, es una conciencia que se agota fácilmente.

Durante la vigilia podemos enfurecernos y actuar sin conciencia y hacer cosas que jamás haríamos si fuéramos más conscientes. La mayor parte de la conciencia se encuentra en la oscuridad de nuestro interior con mil y un sueños y una constante actividad.

El segundo estado de conciencia es soñar. Existen por lo menos ocho ciclos de sueño cuando dormimos, uno detrás del otro.

En este segundo estado de conciencia ocurren todos los deseos. El deseo es un sueño y un sueño nunca se hace realidad, es algo vacío por naturaleza.

El tercer estado es el dormir profundamente, cuando la conciencia desaparece.

El cuarto estado es el de un Buda, que es como dormir sin sueños, con la diferencia de estar completamente consciente y alerta, cuando la meditación es perfecta. En ese momento uno se convierte en un ser luminoso.

Soñar es el lenguaje del subconciente cuando la persona tiene cosas que reprimir, por eso un Buda nunca sueña, porque no tiene deseos de ninguna clase.

El sueño revela más que lo que la persona dice en estado de vigilia, o sea que la realidad es menos real que los sueños; porque la gente vive vidas falsas, poco auténticas.

Los sueños son mensajes del inconsciente que nos están diciendo que estamos destruyendo nuestra propia naturaleza, nuestra espontaneidad.

En este mundo no hay nada que tenga real significado, sin embargo la vida es una lucha para todo, no hay nada realmente importante, sin embargo existen muchos conflictos y competencia, porque la gente busca afuera lo que ya está en su interior.

No es la vida la que genera frustración, somos nosotros mismos que no entendemos la vida debido a nuestras expectativas.

La vida nos sacude porque no nos rendimos a ella sino que estamos tratando de conseguir nuestros propios objetivos.

Las expectativas no sirven, los sueños son inútiles y los deseos nunca serán satisfechos.

Abandona tus sueños y entrégate; y encontrarás en tu propia casa el tesoro que te prometen tus sueños; porque el tesoro siempre ha estado allí, en tu interior.

Tú llevas contigo todo lo que necesitas y cuando te das cuenta surge en ti mismo el agradecimiento a Dios con una oración y si te falta algo, no es por causa de Dios, es por causa tuya.

El deseo surge del pasado que ya no existe y se proyecta en el futuro que nunca llega. Sólo se puede desear una repetición, nunca algo nuevo, algo desconocido. Lo que existe es el presente y en el presente sólo puedes estar, no desear, sólo puedes disfrutarlo.

Las personas son siempre felices en el presente, tal vez pueden haber sido infelices en el pasado o podrán ser infelices en el futuro, pero en el presente siempre serán felices, porque el presente siempre es un momento de alegría, de placer, es parte de la eternidad.

Un maestro es solamente una presencia, es estar ahí sin hacer nada.

La liberación o iluminación es eso, estar aquí y ahora observando mi interioridad, sin pedir nada ni desear nada, sin pensar en el futuro ni tener ningún apego al pasado.

Fuente: “El hombre que amaba las gaviotas”; Osho.