La Sanación
La sanación es mucho más que recuperar la salud física es además sanar el alma. Significa ampliar nuestros límites, sentirnos parte del todo e incrementar nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos y de amar a otros; porque sanarse es, recuperar el equilibrio perdido.
Las enfermedades se relacionan con las emociones y la medicina moderna debería ser una medicina cuerpo mente para lograr la armonía.
La sanación depende de la actitud, porque no se trata de buscar una explicación sino de ver la oportunidad que representa.
Desde una enfermedad se puede crecer y evolucionar, porque se puede cambiar, ser más sabio y tener más conciencia de uno mismo.
Si la persona vive su enfermedad como un castigo o cree que se debe a su mala suerte y que ella no tiene ninguna responsabilidad en ello, entonces esa enfermedad no le servirá para nada y todo seguirá igual.
La enfermedad es la respuesta que estábamos buscando sobre todo lo que nos pasa en la vida; y darnos cuenta de qué es lo que nos dice la enfermedad es el primer paso para recuperar la salud.
El síntoma es el grito del cuerpo que hay que escuchar para comprender la causa de su aparición.
El síntoma es positivo, no negativo, porque nos indica los temas que tenemos que resolver.
Eliminar el síntoma sin tratar de comprenderlo nos quita la oportunidad de aprender qué es lo que tenemos que cambiar.
Si el problema por ejemplo es la ira y el enojo permanente, el amor incondicional y el perdón pueden disminuir los síntomas físicos.
La diferencia entre el hombre común y el sabio es que el primero se mantiene en uno de los polos de los opuestos, mientras el sabio elige el justo medio.
Buscar las causas de un síntoma es un recurso limitado, porque sólo podemos preguntarnos por qué y cómo ocurrió el problema.
Para poder entender el mensaje que la enfermedad transmite tendremos que reemplazar los por qué y los cómo por el para qué.
La enfermedad trae consigo un mensaje y a la vez un beneficio a nivel inconsciente, aunque sea una enfermedad grave.
Este beneficio puede ser:
– Permiso para salid de una situación desagradable
– Atención, cuidado o cariño
– Restaurar la energía psicológica
– Estímulo para crecer o para cambiar malos hábitos
– No tener que cumplir expectativas de otros o propias.
El tratamiento físico que cura es insustituible para la curación y sanar el alma es esencial para la sanación completa.
La enfermedad tiene un sentido, pero si el paciente no recibe el tratamiento médico adecuado puede morir y la interpretación del síntoma no le servirá de nada; y si solamente se cura el órgano enfermo, el enfermo no sanará y la enfermedad se volverá recurrente.
La enfermedad es la alarma que se enciende cuando una persona pierde el rumbo de su vida y tendrá que cambiar para lograr el equilibrio perdido.
Sanación es más que curación, porque es sanar el alma.
Para recuperar la buena salud tenemos que reconocer que debemos escuchar y prestar atención a nuestra sabiduría interior; porque la respuesta a la pregunta para qué enfermamos, está en nuestro inconsciente y en general se relaciona con nuestros miedos, nuestros resentimientos y con nuestras propias exigencias internas.
Otro aspecto importante, es aprender a sentir y expresar las emociones; porque si la mente está llena de pensamientos, no puede manifestar su poder curativo.
Fuente: “De cirujano del cuerpo a cirujano del alma”; Dr. Eugenio Zampini.