La Psicología de Platón
La prioridad del alma es la más notable aserción, del dualismo psicológico de Platón.
Platón distingue claramente el alma del cuerpo como el valor más grande que posee el hombre y el principal propósito en su vida, intentar que acceda a lo que es verdadero.
La supremacía del alma sobre el cuerpo le corresponde porque es el principio de movimiento y la responsable de guiarlo.
El alma es invisible pero es la que posee la inteligencia para regir al cuerpo y sus instintos.
La verdadera educación para Platón es la formación física; y la música vulgar y los vicios del cuerpo pueden llevar al alma a la esclavitud.
Demostrando estar muy avanzado a su época, ya en ese entonces reconocía que las causas de las enfermedades del alma se debían a factores hereditarios y el mal ambiente.
Platón sostenía que no existe la maldad y que nadie es malo por naturaleza; una persona puede ser malvada debido a la adquisición de malos hábitos o por una deficiente educación, reconociendo que estas limitaciones no son elegidas por el hombre.
Siguiendo su pensamiento, afirma que el alma tiene una parte racional, otra pasional y otra hedonista.
La parte racional del alma Platón la localiza en la cabeza y es lo que distingue al hombre. Es la más elevada de las formas del alma, que es inmortal y de carácter divino; las partes pasional y de los apetitos se encuentran en el pecho y debajo del diafragma respectivamente y mueren con el cuerpo.
En los mitos de La República y del Fedro, implícitamente se considera que el alma inmortal conserva la memoria una vez muerto el cuerpo y permanece afectada por sus experiencias durante la vida.
Esta naturaleza dividida del alma la infiere de la manifestación de sus conflictos internos.
Platón, parte de la existencia en el hombre de diferentes motivos de acción que están en disputa dentro de él mismo.
Propone que la parte racional del alma lo crea el “demiurgo” con los mismos elementos con que creó el alma del mundo, mientras que las partes mortales del alma y del cuerpo son creadas por los dioses celestes.
El elemento racional del alma es el único capaz de contemplar el mundo invisible e inteligible de las formas.
La realidad de la lucha interior del hombre consigo mismo influyó en el pensamiento de Platón y en el de todos los filósofos que adoptaron la ética cristiana.
El hombre, para guiarse en la vida, tiene conocimiento a priori de las normas y de los modelos perfectos que Platón presume debe haber contemplado en un estado anterior a la existencia.
Un joven sin ninguna educación matemática puede enunciar verdades matemáticas si es inducido a ello mediante simples interrogaciones. Por lo tanto, Platón considera el aprendizaje como un proceso de reminiscencia.
Platón trata de demostrar la inmortalidad del alma diciendo que a partir de la vida se produce la muerte, por lo tanto, se puede inferir que a partir de la muerte se produce la vida, porque los contrarios se producen a partir de los contrarios, en un proceso cíclico eterno.