Experiencia estética
El siglo V a. de C. supuso un avance sorprendente en el mundo de la ideas estéticas. Casi se podría decir que se produjo una especie de big-bang, en el que comenzaron a desarrollarse múltiples teorías que más tarde serían fundamentales en el campo del arte. Los pitagóricos, Heráclito, Demócrito, los sofistas, Gorgias o Sócrates, fueron los principales artífices de este paso adelante. Y aunque con opiniones divergentes entre sí, compartían los mismos intereses y preocupaciones.
Así, mientras los pitagóricos discutían en Italia sobre la armonía, Heráclito lo hacía en Efeso, coincidiendo en que ésta se producía por la unión de los opuestos. También Demócrito trató el tema.
La idea basal de la escuela pitagórica, en lo que se refiere a la estética, que sostenía que la medida, una determinada proporción, era el fundamento de la belleza, también aparece de alguna forma en Heráclito y Demócrito. La del orden, como hemos visto, la encontramos en Sócrates y, en su discípulo, Jenofonte. Respecto a los colores se interesaron Demócrito y Empédocles. Y sobre las deformaciones de la perspectiva lo hicieron el propio Demócrito, Anaxágoras y Agatarco.
También se trató sobre la belleza espiritual y la idealización del arte, la primera idea desarrollada por Demócrito y Sócrates, mientras que lo fue por Gorgias y Sócrates.
Tampoco podemos olvidarnos de las distinciones sofistas entre placer y utilidad y talento y arte.
Por todo lo anterior, podemos asegurar que la estética pre-platónica fue algo más que un conjunto inconexo de ideas más o menos peregrinas. Los pensadores de aquella época coincidieron no sólo el tratamiento de los mismos conceptos, en las mismas preocupaciones, sino que también, en muchas ocasiones, coincidieron en las conclusiones.
Tres conceptos de la belleza
Así, podemos establecer, sin hacer un excesivo ejercicio de imaginación, tres conceptos de belleza que surgieron de la estética pre-platónica, de los autores de aquél prolífico siglo V.
1. Por un lado, nos encontramos con la teoría matemática defendida por la escuela pitagórica, y con su maestro (Pitágoras) al frente, por la que la belleza depende de cuatro conceptos clave: medida, proporción orden y armonía. De esta forma se puede establecer de manera matemática qué es y qué no es bello.
2. Por otro lado, la teoría subjetivista de los sofistas, que consideraban a la belleza como algo relativo, dependiente de las circunstancias y, en última instancia, definida únicamente por su capacidad de ser placentera para la vista y el oído. Así, lo bello será aquello que de placer a dichos sentidos.
3. Por último, la teoría funcionalista de Sócrates, por la cual será cómo se adapten los objetos a su función lo que determine su belleza. Algo es bello, por tanto, si es útil, si cumple su función.
Experiencias estéticas
Cada concepto de belleza llevaba consigo una teoría diferente respecto a la experiencia estética.
A. La primera, la pitagórica, era conocida como catártica, ya que consideraba a la experiencia estética como purificadora de la mente.
B. La segunda, planteada por Gorgias, que aunque no fuera sofista compartía muchos de sus postulados, la “apatética”, consideraba a las experiencias estéticas como ilusiones del espíritu.
C. La tercera, la mimética, de Sócrates, consistían en encontrar analogías entre las obras de arte, creadas por la mano del hombre, y sus modelos, surgidos de la naturaleza.
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