Historia de la estética (X): el nacimiento de la estética
Aunque la reflexión filosófica sobre el arte es muy antigua, lo cierto es que la estética como disciplina filosófica no comenzará a fraguarse hasta el siglo XVIII, sobre todo de la mano de Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762) y Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781). Baumgarten fue, de hecho, quien acuñó el término «estética» para referirse a la disciplina que tiene como objetivo el conocimiento sensorial. Esto, por su parte, incluía la captación de lo bello, lo cual se manifiesta en las obras de arte. Es a partir de este momento que la reflexión filosófica sobre el arte, la estética, comienza a consolidarse como disciplina filosófica autónoma. En cualquier caso, vamos a ver más minuciosamente cómo se produjo este nacimiento.
La estética cartesiana de Baumgarten
La obra de Descartes tuvo una repercusión que no sabemos si su autor la esperaba o no. Lo cierto es que, sea como fuere, los largos tentáculos de la epistemología cartesiana llegaron al terreno de la filosofía del arte, a través de la figura de Baumgarten, quien asumirá tanto la teoría del conocimiento del filósofo francés como su metodología deductiva. Para Baumgarten la poesía en particular y todas las artes en general conllevan un tipo de conocimiento. En efecto, en la epistemología cartesiana se distinguen ideas claras y distintas, ideas oscuras y confusas, ideas claras y confusas e ideas distintas y oscuras. A las artes les correspondería, según Baumgarten, las ideas claras y confusas, en la medida en que las obras de arte están dirigidas a los sentidos y que el objeto de los sentidos son estas ideas claras y confusas.
En cuanto a la adopción de la metodología deductiva de Descartes, Baumgarten presenta su obra a partir como el desarrollo deductivo, haciendo derivaciones a partir de ciertas definiciones. De este modo estableció la posibilidad de dar un tratamiento riguroso, casi formal, a una materia que, en principio, parece que no cuadra con un tratamiento de esta categoría.
En cuanto al contenido de su teoría positiva acerca de la naturaleza del arte, Baumgarten sigue mostrándose decididamente conservador, algo que por lo demás no será exclusivo de él, sino de prácticamente todos los artistas y filósofos del arte hasta el siglo XX. En efecto, su punto de vista al respecto es que el arte ha de imitar a la naturaleza.
Lessing y la especificidad de cada arte
En 1766 Lessing publicaba Laocoonte o sobre los límites en la pintura y poesía. En esta obra asumía la tesis clásica según la cual el arte tiene como fin la imitación de la naturaleza. Sin embargo hizo alguna precisión al respecto. En efecto, Lessing rechazó las analogías absolutas que se establecían entre todas las artes, sin llegar a rechazar con ello que fuera posible una teoría sistemática en la que todas las artes se relacionaran. Con lo que no está de acuerdo es con las analogías superficiales. Así en el Lacoonte analiza tanto la poesía como la pintura y encuentra que aunque con signos ambas tratan de imitar a la naturaleza, el modo en el que lo hacen es totalmente distinto. Así, mientras que en la pintura no se puede representar bien la acción, pero es el medio adecuado para la representación de objetos visibles; la poesía es el mejor medio para reproducir acciones, pero es más deficiente para representar los objetos visibles.
Bibliografía:
Monroe C. Beardsley y John Hospers (2007). Estética. Historia y fundamentos. Cátedra, Madrid.