Pensamiento de Ortega y Gasset
Ortega inaugura una nueva etapa filosófica asumiendo y reemplazando el Realismo y el Idealismo.
Aunque de hecho no lo haya logrado, es evidente que los tiempos cambian según razones históricas y no debido a fórmulas matemáticas.
Para Ortega, la aparición del hombre masa, es un proceso histórico de decadencia; no de la vida sino del contenido de la vida.
El hombre contemporáneo está desorientado, porque la vida se ha facilitado y está más cómodo pero también se ha tornado más compleja.
Para Ortega, la grave crisis europea tiene raíces filosóficas y sólo se podrá resolver con la superación del idealismo.
El crecimiento enorme que ha experimentado la vida tiene un lado oscuro, que es la desmoralización de la humanidad.
Ortega escribe desde la circunstancia española, país que permaneció al margen del pensamiento europeo durante la época moderna.
Su filosofía concibió el raciovitalismo, como una tercera etapa de la historia de la filosofía, que continúa a las dos que la antecedieron (el realismo y el idealismo).
Se centró en la crítica del idealismo como el más urgente enemigo del hombre; y lo supera con la reducción de la razón pura a la razón vital; que cuenta con la dimensión temporal del existir humano; o sea la vida como realidad radical, como problema al que hay que enfrentar para resolver; porque la vida no es algo que se da ya hecha sino algo por hacer.
La vida es compleja pero coherente, o sea capaz de ser racional; y la razón vital no depende como la razón pura de sí misma, sino del equilibrio de las relaciones entre el sujeto y su entorno, o como dice Ortega, entre yo y mis circunstancias.
La vida no es abstracta sino un acontecimiento donde el hombre tiene que interactuar con las cosas.
Para Ortega, vivir es ser realista e idealista a la vez, porque el concepto de realidad incluye lo que todavía no es o sea el futuro como exponente de la condición proyectiva de la vida humana.
En esta nueva metafísica de la vida no hay naturaleza humana sino histórica, porque el contenido de la vida humana es su fluencia temporal e histórica.
El quehacer humano es el nuevo concepto que considera a la vida como ocupación y todas las cuestiones sobre la consistencia de ese hacer selectivo y responsable.
Todo hacer consiste en ocuparse de algo para algo, o sea para un fin que se decidió como la mejor opción.
No se trata sólo de un hacer sino de decidir un hacer en el aquí y ahora para el futuro.
El futuro es lo que al hombre le preocupa, porque él es el futuro y puede anticipar el sentido y las consecuencias de sus actos.
El futuro le exige la necesidad de saber quien quiere seguir siendo y lo obliga a recurrir al pasado.
Entre el pasado y el futuro está el presente vital e histórico, lo que hemos sido y lo que anhelamos ser.
El hombre tiene que decidir su vida por necesidad, porque la realidad es la vida compuesta por el yo y las cosas en forma de problemas o facilidades; y la realidad objetiva es sólo una versión de todas las realidades posibles.
Las cosas no son solamente extensión, son cosas que me pasan, acontecimientos con sentido, mi circunstancia, mi proyecto.
El hombre no está entre las cosas sino con ellas y el mundo no es ni objetivo ni subjetivo, es puro acontecimiento.
El hecho de que nuestra vida sea lo que todavía no es le provoca al hombre inseguridad; y esto es lo que lo lleva a la preocupación, con su doble significado: tener que ocuparse antes de las cosas que aún no han sucedido y angustia por tener que padecerlas.
Fuente: Ortega y Gasset, Vida, pensamiento y obra, Colección grandes pensadores, Ed. Planeta DeAgostini, 2007.