En un artículo publicado el día 13 de diciembre de 2011 en el diario ABC, Javier Gomá Lanzón, autor del artículo, defendió que en España el Rey ostenta un poder efectivo, el cual ni es ejecutivo ni judicial ni legislativo, sino simbólico. Por otra parte, defendía Gomá, el hecho de ser un «poder simbólico» no lo hace menos poder, antes al contrario, es un poder efectivo y real, el cual resulta positivo, es decir, es positivo para un país que exista este «poder simbólico» pues encarna el sentido de patria unificada y permanente en el tiempo, lo cual, por la cercanía que supone el que una persona o una familia (un Rey o una familia real, se entiende) sean entidades concretas que encarnen esa permanencia y «unidad de la nación española», conlleva una mayor adhesión de los ciudadanos, puesto que:
Por supuesto, «el lado sensible del símbolo» no es gran cosa sin su contenido conceptual.
Este es el punto de vista del señor Gomá respecto del papel de la monarquía en España. Por su puesto, dado que sus ideas se basan en el concepto de Estado de Derecho y en el de monarquía constitucional o parlamentaria, estas ideas pueden aplicarse a otras naciones en las que el sistema político es una Monarquía Constitucional o Parlamentaria. Dicho esto, seguimos adelante. El señor Gomá escribe su artículo, según la fecha en que se publicó, en forma de apología de la monarquía española, la cual, desde el año 2010 está en el punto de mira de la sociedad, debido a los escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelta recientemente. En este sentido, el artículo más que estar guiado por la racionalidad y precisión exigible a un nivel filosófico (el señor Gomá es filósofo), está guiado por un sentimentalismo nacionalista y monárquico que salta a la vista, como veremos a continuación.
Una de las tesis más peliagudas que aparecen en este artículo dice, citándolo textualmente, así: