Cosas raras
La expresión «cosas raras» es muy general y vacía, sin embargo no es difícil llenarla de contenido. Por supuesto, llenar de contenido cualquier expresión es relativamente fácil. Sin embargo, lo que nos proponemos aquí es reflexionar acerca de la tendencia a hablar de cosas raras que muchos tenemos. Hay que avisar de que aquí no nos referimos con «cosas raras» a objetos físicos con diseños extraños o extravagantes. Para saber a lo que queremos referirnos con esta expresión tendrás que seguir leyendo.
¿Qué son cosas raras?
Cuando cursaba Filosofía de la mente, tuve un profesor que solía decir algo así como: «a mi no me cuentes cosas raras». Con cosas raras etiquetaba él las respuestas o argumentos, variopintos, floridos y pintorescos acerca de cuestiones sobre estados mentales, qué es la mente, las otras mentes y similares. En general, daba la impresión de que en aquella clase la mayoría de los alumnos estábamos dispuestos a formular todo tipo de teorías extravagantes y postular cualquier entidad increíble. Así que por cosas raras podemos entender las respuestas, extravagantes y pintorescas, que solemos dar (tanto a los demás cuando nos preguntan como a nosotros mismos) a cuestiones desconocidas para nosotros.
Misticismo, religión y cosas raras
La mayoría de cosas raras que decimos tienen tintes religiosos y místicos. El conocimiento es uno de los recursos injustamente distribuidos y son pocas las personas que cuentan con elementos de crítica para combatir las ideas religiosas y de corte místico, siempre falsas y absurdas (al menos según criterios ilustrados, basados en la críticas racional). De hecho, las respuestas de corte místico-religioso suelen ser soluciones fáciles para enigmas difíciles. No obstante, estas respuestas tienden a generar misterios.
Ejemplos de cosas raras que suelen decirse
La existencia de Dios es un tema resuelto a día de hoy: Dios, por lo que sabemos, no existe y cualquiera que postule su existencia nos debe a los no creyentes una prueba de la existencia de tal entidad. Dadas las circunstancias es muy habitual oir, de boca del hombre de la calle sobre todo, algo como esto: «yo no creo en Dios, pero algo hay». Desde luego, ese algo no sabemos en qué se diferencia de Dios. En cualquier caso, ese algo parece ser una entidad que comparte ciertas propiedades con el Dios postulado por las religiones monoteístas basadas en libros sagrados.
Las conspiraciones forman todo un elenco de ideas y cosas raras que solemos soltar por la boca. También lo hacemos con los dedos, en diversos blogs. Hay conspiraciones para todos los gustos y de todos los colores, como la de que los nazis tienen bases secretas en la Antártida. Aquí hay que decir que las conspiraciones siempre han existido, de lo cual bebe la teoría de la conspiración. Cada vez que algo ocurre, alguien hay que conoce una conspiración a nivel mundial supersecreta. Lo extraño del tema es que tal cosa se conozca, siendo supersecreta.
La energía positiva es una respuesta para todo para cualquier persona con cierta tendencia al misticismo. Según este punto de vista, hay en el universo una energía positiva que si la sabemos controlar nos ayudará en todo, además de ser una respuesta para prácticamente todo.
Cada vez que el nombre de Stonehenge suena, existe al menos una persona a decir cosas raras acerca de las propiedades mágicas de las piedras, los extraterrestres y los misterios de la magia de los druidas. Desde esta perspectiva, Stonehenge es una fuente inagotable de cosas raras.