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Wittgenstein III: la distinción entre hechos y cosas en el «Tractatus»

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

En las primeras proposiciones del Tractatus, Wittgenstein comienza definiendo la noción de mundo, la cual depende de la noción de hecho y esta se distingue a su vez de la noción de cosa. Así comienza el Tractatus:

Centrémonos en 1.21, ¿Qué quiere Wittgenstein decir aquí? La respuesta es que, según nuestro autor, el que algo acaezca no tiene que ver conque otra cosa acaezca, desde un punto de vista lógico. Lo que es el caso, el hecho, no está determinado por la lógica, a pesar de que exista una conexión entre el mundo y la lógica, ya que los hechos constituyen el mundo «en el espacio lógico», según dice en 1.3. Ahora bien, esto conlleva una cuestión adicional: ¿Qué es el espacio lógico?

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Un hecho wittgeinsteniano es similar a un puzzle.

El espacio lógico

Responder a la anterior pregunta nos ayudará a entender la distinción entre hechos y cosas, tal y como la establece Wittgenstein. A este respecto, nos tenemos que fijar en las proposiciones 2-2.012. Así, dice Wittgenstein:

Para entender lo que aquí se dice podemos considerar la siguiente proposición: «Sócrates es gordo», esta podría representar un estado de cosas. Ahora bien, podría haber sucedido que Sócrates fuera delgado. Esto significa que los estados de cosas son complejos, es decir, que podemos imaginar distintas combinaciones a las que realmente se dan. Ahora bien, según 2.012, en la cosa Sócrates está escrito que puede ser gordo y delgado. Sócrates encaja en toda una serie de estados de cosas, que pueden ser o no reales. Qué estados de cosas sean reales no es una cuestión lógica, pero sí que lo es los estados de cosas posibles.

El espacio lógico es el espacio de las posibilidades, las cuales vienen determinadas por la naturaleza de las cosas. Estas solo existen en los hechos y en su naturaleza está escrito en qué hechos puede encajar. Estas encajan en los estados cosas de una determinada manera, como si fueran los «eslabones de una cadena, tal y como dice Wittgenstein en 2.03.

Las cosas son simples

Hemos dicho que los hechos son complejos. Las cosas, por el contrario, son simples (en 2.02). Son lo más simple que hay, inanalizables en partes más simples. Aunque hemos tratado a «Sócrates» como un objeto wittgensteniano, lo cierto es que personas, mesas, animales, etc. no figuran entre lo que Wittgenstein llama «cosa» u «objeto». Aquí la dificultad estriba en que el propio Wittgenstein nunca pudo dar un ejemplo de estos objetos absolutamente simples. Para el filósofo vienés, aunque no podamos decir qué son tales objetos simples, podemos estar seguros de que existen.

Según su punto de vista, el lenguaje presupone la existencia de estos objetos. Por ejemplo, para captar el significado de la palabra «mesa», tenemos que captar el significado de otras palabras más simples, tales como «pata», «tablero», etc. Ahora bien, este proceso tiene que tener un final, así que debe haber algunas palabras que refieran a los objetos más simples. Esto es lo que, precisamente, garantizaría el contacto entre el mundo y el lenguaje.

La naturaleza del lenguaje

Desde este punto de vista, para entender la naturaleza del lenguaje, hemos de percatarnos, en primer lugar, de que el mundo es mucho más que una mera colección de cosas, es un todo formado por los estados de cosas, los cuales, a su vez, se componen de objetos que encajan entre sí de un modo determinado. La manera en que el mundo se relaciona con el lenguaje es a través de una relación figurativa: el lenguaje representa al mundo. A esta relación le dedicaremos nuestro próximo artículo.