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La Metafísica de Kant – Primera Parte

Publicado por Malena

La Metafísica de Kant

Cuando el hombre desea conocer la realidad se convierte en sujeto cognoscente, otorgándole a las cosas las formas del espacio y el tiempo y las categorías de los juicios “a priori” de la experiencia. De manera que esas formas del conocimiento son también las formas de los objetos en general.

Al detenerse para cuestionarse sobre el conocimiento de las cosas, el hombre cambia totalmente a los objetos y establece la correlación sujeto objeto, haciendo una síntesis de todas sus vivencias, que constituye el sujeto cognoscente y sintetizando también las vivencias externas, que son los objetos a conocer.

Este acto de conocer supone que esos objetos tienen una esencia, una consistencia que se puede descubrir que participan del orden regular de la naturaleza de causas y efectos.

Las cosas jamás podrá conocerlas en si mismas, fuera de la relación sujeto objeto, porque el conocimiento de las cosas sólo es posible cuando las convierte en objetos de conocimiento.

La metafísica es la disciplina que intenta conocer las cosas en sí mismas, o sea el ser en sí, por medio de razonamientos “a priori”, independientes de la experiencia.

Esta disciplina pretende demostrar que el sujeto es en sí y por si, y que independientemente de ser un sujeto cognoscente es un alma, y que esa alma es inmortal.

Sostiene que el universo también es una substancia en sí y por sí que se puede conocer con la razón pura, y que mediante esa misma razón pura se puede llegar al conocimiento de la razón de todas las cosas, en sí y por sí que es Dios.

Kant desarrolla este tema en la última parte de la “Crítica de la razón pura”, y la denomina Dialéctica Trascendental, porque es un diálogo de la razón consigo misma sobre la posibilidad de la metafísica.

La dificultad de esta tarea es que mientras todo conocimiento está determinado por las condiciones “a priori” del espacio del tiempo y de las categorías que se agregan a las impresiones de los objetos que percibe la sensibilidad; la metafísica se fundamenta solamente en la razón humana, la intuición, y en la posibilidad de conocer las cosas en sí mismas independientemente de la correlación sujeto objeto.

La metafísica no cumple con una de las condiciones fundamentales del conocimiento, porque los objetos metafísicos no están en la experiencia sensible, no existen percepciones sensibles de lo que denominamos alma, universo y Dios.

El alma no imprime sensaciones en nuestra sensibilidad, no podemos percibir experiencias del alma, del universo y tampoco de Dios.

Al respecto Kant afirma que la razón tiene el poder de síntesis que consiste en formular juicios. El juicio es la función sintética de la razón, que no sólo funciona sobre los datos que le proporciona la experiencia, sino que trabaja incansablemente y desborda los límites de la experiencia, elaborando síntesis de síntesis hasta llegar a unidades que comprenden el todo.

Estas síntesis de síntesis, estas unidades totales, son los objetos de la metafísica.

El alma es la síntesis de todas nuestras vivencias, porque cada vivencia la va modificando formando una unidad.

El universo es la síntesis de todas las cosas que se oponen al yo pensante, de todos los objetos que se pueden conocer.

Dios es la síntesis suprema, porque comprende la suprema razón de las cosas, del universo, de mis vivencias y de mi alma.

A estas unidades supremas que denominamos alma, universo y Dios, Kant las llama ideas.

Fuente: “Lecciones preliminares de filosofía”, Manuel García Morente.

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