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Descartes y la Realidad en sí

Publicado por Malena

No podríamos saber si existe la realidad, si Dios no fuera ni existiera.

Descartes y la Realidad en si

A través de la duda Descartes llega a la conclusión que somos sustancias pensantes y que de eso es imposible dudar.

Esta condición de ser en sí del pensamiento es diferente a la concepción realista de los filósofos antiguos que proponían la existencia de las cosas independientemente del pensamiento y su inteligibilidad, o sea pueden ser conocidas por la razón.

Como vemos, la cosmovisión idealista, aunque reconozca la existencia en sí del pensamiento inteligente no hace lo mismo con las cosas fuera del pensamiento.

Descartes se pregunta si las cosas de la realidad existen o si son producto del pensamiento.

Por esta razón trata de distinguirlos y se da cuenta que tenemos algunos pensamientos que son poco claros, indefinidos y otros que son diferentes porque tienen más claridad.

Los pensamientos poco claros, difusos pueden ser producto de nuestra percepción que nos hacen dudar; pero existe la posibilidad de analizarlos, descomponerlos en sus elementos y llegar a obtener un pensamiento claro y distinto, como son las formas geométricas.

Sin embargo, así y todo Descartes sigue dudando de la existencia en sí de esa esfera, fuera del pensamiento, porque ningún pensamiento es garantía de una realidad fuera de él.

Si Descartes se quedara en esa postura su filosofía resultaría un solipsismo, es decir, que lo que sin duda existe es el yo y el pensamiento. Pero Descartes no que queda allí y en su investigación descubre que entre los pensamientos claros y distintos hay uno que en sí mismo es una garantía de que existe fuera del pensamiento. Ese pensamiento es la idea de Dios.

Entonces nos da tres pruebas de su existencia: la primera es que el hombre no puede tener una idea sobre Algo superior a él mismo, de modo que necesariamente esa idea de perfección absoluta e infinita corresponde a una realidad fuera del pensamiento.

La segunda prueba que es semejante a la de Aristóteles, consiste en que la existencia del hombre es contingente, no necesaria porque pudo no haber existido, por lo tanto necesita un fundamento más allá de mis progenitores, mis abuelos y todos mis demás ancestros.

La tercera prueba es que la esencia de la idea de Dios en el pensamiento contiene necesariamente su existencia porque es una perfección y a una perfección no le puede faltar nada.

Descartes hasta ahora consiguió demostrar indudablemente dos existencias, la del yo pensante y la de Dios.

Habiendo demostrado la existencia de Dios, su perfección se convierte en la garantía de la realidad en sí de los pensamientos claros y distintos.

Vemos que Descartes logra con esta demostración salir del yo pensante y otorgarle existencia a estos pensamientos.

Pero el mundo existente de Descartes es un mundo de formas geométricas, sin colores, ni irregularidad alguna, una realidad que denomina extensión.

Por lo tanto, Descartes sólo reconoce como realidad sustancial al yo pensante, a Dios y a la extensión.

El mundo cartesiano es el mundo de la ciencia moderna, que elimina la cualidad y tiene en cuenta solamente lo que se puede medir. Para Descartes, la naturaleza está compuesta de puros mecanismos incluyendo al hombre, cuyas pasiones y emociones son ideas confusas y poco claras que no son reales.

Se establece así el imperio del intelecto y de la razón inaugurando así la era del racionalismo.