Descartes y el Idealismo
Yo existo porque pienso y la realidad es un misterio.
La crisis de las religiones y una nueva visión del mundo a partir de los descubrimientos científicos registrados desde el siglo XV, provocaron el surgimiento de una nueva filosofía condicionada esencialmente por el pasado.
Parménides descubre la razón del pensamiento humano y a través de la razón trata de descubrir el Ser. Piensa que el Ser es inteligible y que las cosas en su esencia también son inteligibles.
Con este razonamiento Parménides inaugura un camino en la filosofía que no se abandonará nunca.
Descartes continúa con el pensamiento de Parménides; y teniendo en cuenta el fracaso aristotélico, preocupado por no cometer los mismos errores, se centra en la forma de llegar al conocimiento.
Esta actitud le da la característica de lo que será el futuro del pensamiento moderno que busca incansablemente la forma de no volver a equivocarse.
Para Descartes, el método para evitar el error será su punto de partida y comenzará su filosofía con una teoría del conocimiento.
El problema cambia de dirección y se centra en cómo descubrir la verdad de manera que lo que se afirme no pueda ponerse en duda.
Por lo tanto, la duda para Descartes será el método para llegar a tener la certeza de lo verdadero.
Lo que a él le interesaba era el pensamiento mismo, no el contenido, que podía ser falso, porque sólo se puede estar seguro, sin ninguna duda, de que se está pensando.
De lo que se puede dudar es que el pensamiento coincida con la cosa que se quiera conocer, pero del pensamiento nadie puede dudar.
Por lo tanto, para Descartes existe el pensamiento y existe el yo pensante; porque es de lo único verdadero.
Al centrarse en el yo, Descartes se ve obligado a llegar a la realidad de las cosas a través del yo y eso llevará a una investigación del funcionamiento de la mente por parte de algunos filósofos, como Hume, en Inglaterra, mientras que otros se dedicarán a buscar soluciones lógicas, principalmente los alemanes, como Kant.
Vemos entonces que el idealismo propone al yo como cosa existente y la realidad como un problema para resolver.
La actitud realista había sido algo natural, espontánea, un simple darse cuenta que el mundo está hecho para que el hombre lo pueda conocer, en tanto que el idealismo supone una actividad voluntaria y una actitud adquirida por la experiencia debido a sucesivas equivocaciones del pasado.
El realismo va hacia las cosas naturalmente, considerando al hombre como parte de la naturaleza, mientras que el idealismo observa a las cosas y las vuelve al yo voluntariamente para su análisis lógico o psicológico, separándose de la naturaleza.
El idealismo considera a la realidad no como parte del hombre sino como algo independiente de él que hay que conquistar con el pensamiento.
Llegamos así a la identidad entre el pensamiento y el yo; a la realidad del pensamiento puro, abandonando al objeto que es dudoso, porque no es inmediato.
La inmediatez de mis propios pensamientos es lo indudable de modo que ese yo que piensa es la base del idealismo.
Para Descartes el pensamiento es una cosa pensante, o sea que el yo es una sustancia.