El Dualismo de Descartes
El principio metafísico del sistema de Descartes lo constituye el pensamiento. Lo único que puede saber con certeza es que él está pensando.
¿Pero cómo hace Descartes para salir de ese solipsismo si desea continuar investigando?.
Descartes continúa diciéndonos, que como piensa, entonces es una cosa pensante, que puede dudar, entender, afirmar, negar, querer o no querer, y que también puede imaginar y sentir.
Distingue así dos tipos de sustancias, la sustancia infinita que no necesita a otra para existir, que es Dios, y las sustancias finitas que existen por si mismas, de manera independiente, cada una con un atributo esencial que las identifica que nos permite conocerlas por esos atributos, pero que nunca podremos conocerlas por si mismas.
Descartes supone que detrás de un atributo tiene que haber una sustancia y distingue dos tipos de sustancias finitas, el pensamiento y los atributos de las cosas.
El atributo del yo que piensa es el pensamiento. Éste, nunca podrá estar seguro de lo que siente realmente el cuerpo, sino que tendrá certeza de lo que cree sentir, que es diferente, porque el pensamiento no puede salir de su evidencia interna.
Como conclusión, el cuerpo pasa a ser algo separado de la mente.
Uno se puede imaginar sin el cuerpo pero lo que no se puede hacer es mentalmente fingir que no se está pensando, porque el pensamiento es la condición de esa posibilidad.
Esto se asemeja a algunas narraciones actuales que imaginan el mundo como el sueño de una mente pensando, inspiradas por el pensamiento de Descartes.
Por lo tanto el atributo principal del cuerpo, que es autónomo, es su extensión, de naturaleza tridimensional que es la característica de su sustancia, y el atributo de la sustancia pensante lo constituye el pensamiento, siendo los modos, las formas que adoptan esos atributos cuando cambian.
Para poder concebir estas modificaciones se necesita suponer con anterioridad la extensión de esos cuerpos, o sea que la extensión es la condición que se necesita para la posibilidad de la existencia del cuerpo.
Esta división que hace Descartes de la sustancia extensa y la pensante se debe al rigor de su método de la duda, ya que el cuerpo tiene una dimensión sensible y la única certeza que existe es la del pensamiento.
El cuerpo por lo tanto, pasa a ocupar el mismo lugar que todas las demás cosas materiales, quedando el hombre formado por dos sustancias que no se pueden conciliar.
Este reduccionismo mental cartesiano es el que más influencia ha tenido en el pensamiento moderno y el que más ha sido criticado.
Para poder salir del solipsismo, Descartes tiene que analizar las distintas clases de ideas contenidos en la mente y ver de dónde vienen.
Para esto es necesario encontrar una idea que no provenga de si misma y sea a la vez absolutamente cierta.
Al estudiar los pensamientos, Descartes descubre que las ideas tienen elementos que no pueden provenir de su conciencia porque trascienden sus facultades y esto significará entonces que no está solo en el mundo, que existe algo afuera que las causa.
Encuentra de esta manera la idea de Dios, como sustancia infinita e independiente; la más inteligente y poderosa que lo ha creado a él y a todas las cosas que existen.
Descartes, Vida, Pensamiento y Obra, Colección Grandes Pensadores, Ed. Planeta DeAgostini, S.A, España, 2007