En qué consiste la Filosofía-Ortega y Gasset

En estos tiempos existe en los lectores de libros un mayor interés en temas filosóficos y ensayos que en obras literarias y una mayor curiosidad sobre las ideologías.

No es casualidad, la gente tiene esa necesidad interna y se recrea conociendo la forma de pensar de los grandes protagonistas del mundo filosófico.

La filosofía, que a muchos antiguamente pudo parecerles un conocimiento abstracto, confuso, frío y aparentemente indiferente con respecto al mundo concreto, adquiere debido al interés que suscita en la actualidad, un carácter intimista y sustancial, que anuncia la novedad de satisfacer de algún modo la eterna expectativa de la humanidad de comprender al mundo y de entenderse a uno mismo.

El objetivo profundo de la filosofía es el despertar de la conciencia, mantener abierta la mente frente a los problemas que constituyen la tragedia del hombre.

La filosofía es un trabajo de investigación profunda, de lo más secreto e íntimo del ser mediante el accionar filosófico; consiste esencialmente en filosofar con rigor metodológico para encontrar la verdad.

Existe una enorme variedad de modos de investigar y gran cantidad de puntos de vista con respecto a qué es la verdad, qué es lo verdadero, lo auténtico, lo esencial. Porque la verdad es única y eterna y es verdad para todos, porque no es la verdad la que cambia con el tiempo, sino el hombre.

¿Y quién es el hombre verdadero, ya que no existen ni han existido nunca dos hombres iguales?. Los antiguos lo definían como el animal racional; y también como el ser que piensa con sentido y que por esa razón podemos entenderlo.

La historia le da sentido al hombre, porque cada momento histórico descubre su verdad eterna.

Para Ortega y Gasset la gran tarea de la filosofía actual es la de unir la dimensión temporal de la historia con la dimensión eterna de la filosofía.

Para realizar esa proeza este filósofo propone un método que llamó “perspectivismo”, que supone que la perspectiva de cada ser humano colabora para manifestar en su conjunto a lo verdadero.

No es la idea de un hombre o de unos pocos hombres la que perdurará sino cuando esa idea o sentimiento se encuentre germinando en muchos hombres al mismo tiempo, porque sin esa predisposición no hay manera de predicar nada nuevo.

Los cambios históricos necesitan del surgimiento de un hombre nuevo, una nueva generación con nuevas ideas espontáneas.

Cada generación imprime en el sujeto una forma integral de existencia y cada individuo de una generación reconoce al otro como una hormiga a sus congéneres de su propio hormiguero.

Ortega y Gasset nos dice que es preciso abandonar la fatalidad que nos mantiene prisioneros en una generación tratando de obrar del mismo modo de la vida que viene.

La articulación de las tres generaciones que constituyen el tiempo presente es el que produce el cambio y el que se resista al cambio quedará fosilizado en el pasado.

La vida moderna es una vida de confort por lo tanto el único razonamiento correcto es el que tiene un resultado práctico.

La filosofía fue perdiendo terreno que a su vez fue ganando el conocimiento científico, y se fue convirtiendo en una teoría del conocimiento, dejando de lado los grandes problemas cósmicos y metafísicos.

Sin embargo el hombre no puede renunciar a hacer filosofía, porque la vida, para llevarse a cabo debe basarse en cierta cosmovisión o ciertos supuestos.

Cada obra de arte, expresa una forma de pensar, y si llegamos a detectarla podemos entenderla.

Cada generación parte de supuestos distintos y los valores tienen una dimensión histórica. Las crisis no son hechos indeseables sino cambios necesarios e ineludibles que expresan un signo de madurez.

Fuente: “¿Qué es filosofía?, de José Ortega y Gasset, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1976