La verdad y la influencia de lo bello y lo simple
Muchos creen que lo que les resulta estéticamente bello y fácil de procesar también es verdadero; incluso algunos teoremas matemáticos o fórmulas parecen ser más atractivos que otros, considerando esa buena forma como una señal de que se trata de algo correcto.
Platón relacionaba la belleza con el bien y en la Edad Media se pensaba que lo verdadero tenía que ser estético.
Pero esta relación entre lo bello y simple con lo verdadero también puede resultar falsa y ser solamente una sensación subjetiva que no corresponda necesariamente con la verdad.
Relacionar lo bello y lo simple con lo verdadero parece a simple vista una idea descabellada, sin embargo fue objeto de investigaciones científicas que trataron de mostrar si estos dos indicadores influyen en la verdad.
En 2004, Norbert Schwearz, de la Universidad de Michigan y Piotr Winkielman de la Universidad de California, publicaron una teoría sobre la influencia de la sensación estética y simple en lo verdadero, según la cual se considera bella una obra de arte o una pieza musical cuando es fácil percibirla.
Esta teoría podría explicar algunos fenómenos que no se comprenden. Por ejemplo, por qué todos los bebés prefieren la música armónica de una canción de cuna y no otra con sonidos disonantes, cuando aún no tienen experiencia; como si nacieran dotados biológicamente de la capacidad de distinguir los sonidos armónicos de los disonantes.
Una vez que crecen y han acumulado suficiente experiencia, estos bebés preferirán los sonidos que le son familiares.
Al llegar a la adultez, sin son expertos en música, disfrutarán de música compleja y si pertenecen al público general les gustarán más los sonidos modernos, aunque también puede haber excepciones y algunos tener otras preferencias.
De modo que así como la música popular más fácil de comprender parece disfrutarla la gente en mayor proporción, también la información fácil de entender se suele considerar correcta; y a esta capacidad se la denomina fluidez de procesamiento.
En la Universidad de Basilea, Suiza, investigaciones científicas mostraron que la fluidez de procesamiento aumenta la posibilidad de que una afirmación con características simples y claras sea considerada verdadera.
Rolf Reber y Karoline Mitterndorfer, de la Universidad de Bergen, Noruega, también aplicaron esta teoría a la intuición matemática utilizando la variable simetría.
Los resultados obtenidos por los que participaron en la prueba; mostraron que consideraron correctas, en forma más frecuente, los cálculos con patrones simétricos que los asimétricos, aunque los simétricos tuvieran puntos falsos.
El matemático Henri Pincaré (1854-1912) afirmaba que las combinaciones matemáticas que provocan un sentimiento de belleza muestran la forma fascinante en que todo interactúa.
Un matemático puede intuir con anticipación cuando un teorema se ajusta a la verdad sin tener ninguna prueba, porque las personas parecen tener la capacidad de afirmar que algo encaja bien aunque no puedan explicar cómo llegaron a esa conclusión.
Otros experimentos mostraron que los que participaban en la prueba se dejaban influir por el buen humor que irradiaban los semblantes alegres, que tenían el poder de alterar su juicio y convencerlos de que todo era correcto.
Este fenómeno explicaría por qué los matemáticos se preocupan por la estética de sus teorías, porque es evidente que los ayuda a proporcionarles un índice de verdad.
Lo bello y sencillo provoca sensaciones positivas y se experimenta como verdadero; porque la base común de la belleza y la verdad es la fluidez del procesamiento.
Fuente: “Mente y Cerebro”, “Investigación y Ciencia”, 42/2010, “Simple + bello = verdadero”, Rolf Reber y Sascha Topolinsky.