El Arte como expresión de la verdad
Para Hegel, el arte es una aptitud propia del hombre cuyo objetivo no es sólo tratar de imitar la belleza de la naturaleza, aunque jamás la pueda igualar, sino trascenderla y verse a si mismo a través de ella.
La naturaleza carece de la humanidad, de los interrogantes del hombre sobre las cosas y sobre si mismo en su búsqueda permanente de la verdad.
El arte es la mejor forma que existe de transformar y recrear a la naturaleza, porque es produce el goce del espíritu y puede permanecer al margen de lo mundano.
El arte no sólo pretende imitar al mundo sino que es una proyección del hombre en un proceso de imitación que no es de este mundo.
Mediante el arte el hombre puede expresar quien es y cómo es su mundo, porque el arte es el espejo de la realidad donde él se busca.
La pintura y la escultura moderna parece haberse liberado de la imitación y apenas se puede detectar en la música y en la arquitectura.
La imitación pura de la realidad no interesa, porque el arte necesita lo genuino para emocionar y ser un placer para el espíritu.
Para Kant el arte no es una mera reproducción de algo bello sino su bella representación; y no es necesario imitar lo bello porque lo verdaderamente bello hay que festejarlo cuando se ve o revelarlo cuando está oculto.
La fotografía también puede ser un arte cuando refleja más allá de de las imágenes y descubre lo verdadero; porque un artista es un creador de verdades.
Kant afirma que el arte es innato y producto de los genios y que el genio es un don de la naturaleza.
El arte del genio sigue reglas propias y produce una obra que no tiene ninguna fórmula y esto es precisamente lo que lo distingue de la técnica y del que simplemente copia lo que ve y no como su interioridad lo proyecta.
El arte no se puede aprender pero puede él puede enseñar, es lo que imita pero que es imitado.
Malroux afirma que se aprende a pintar en los museos, porque las grandes obras de los maestros enseñan cómo ser diferentes.
Es la paradoja del genio, ser original y también un ejemplo.
Kant continúa diciendo que lo abusrdo también puede ser original y servir de criterio, pero no cualquier cosa es arte, porque sólo un genio establece una nueva ley.
La única regla del arte son sus excepciones y es allí donde se reconoce.
La combinación de universalidad e individualidad, de objetividad y subjetividad, de disciplina y espontaneidad, es lo que distingen al arte de la ciencia.
Tanto la técnica como la ciencia muestran la inteligencia y el ingenio del hombre pero poco dice del individuo en particular, porque ambas son invenciones o descubrimientos, no creaciones y nada nos dice sobre quién fue el que inventó o descubrió.
Un inventor puede ser reemplazado por otro pero a un artista no, porque su obra es única.
Los inventos tienen una utilidad práctica, nos ahorran tiempo, el arte no tiene practicidad alguna, al contrario, nos lleva tiempo, pero nos salva de la mediocridad.
Un invento o descubrimiento tarde o temprano se produce, porque es producto de la evolución y se produce en el momento preciso en que están dadas las condiciones.
Las artes tradicionales son: la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la danza, la literatura y actualmente se incluye como séptimo arte, el cine; y como octavo, el cómic.
Estas disciplinas representan el arte cuyo propósito específico es el placer del espíritu y la revelación de lo verdadero.
Fuente: «Invitación a la Filosofía», André Comte-Sponville, Paidós, 2da. reimpresión, Argentina, 2007