Ciencias naturales
Ya hemos hablado en este blog de las ciencias formales. Llega el momento de hablar de las ciencias naturales. Las ciencias naturales se dedican al estudio de los sistemas naturales, sean estos del carácter que sean (físicos, químicos, biológicos, geológicos, etc.). Aunque se suele decir que todas ellas comparten el «método científico», lo cierto es que los métodos empleados en las diferentes ciencias naturales (también conocidas como empíricas o fisico-naturales) difieren los suficientemente entre sí como para decir que todas ellas comparten un mismo método. En su lugar es más correcto decir que hay diferentes métodos y que el método científico es una actitud que define la honestidad o probidad intelectual con la que el investigador se acerca a la naturaleza.
Ciencias naturales y matemáticas
Las ciencias naturales utilizan como herramienta esencial el aparato de las matemáticas. Y es que desde el Renacimiento las ciencias naturales han experimentado un progresivo proceso de matematización. No obstante, el grado de matematización de cada ciencia natural particular difiere con respecto al grado de matematización de las demás. Así, ciencias como la Astronomía o la Física teórica alcanzan un grado de matematización muy superior al de la Biología.
Sea como fuere, desde la Edad Moderna las ciencias naturales se expresan, en mayor o menor grado, en lenguaje matemático.
Ciencias naturales y problema de la inducción
Uno de los problemas clásicos de las ciencias naturales tiene que ver con su valor epistemológico. Las ciencias naturales son empíricas y esto quiere decir que sus verdades se basan en la experiencia. Cuando se tratan de proposiciones en torno a un objeto particular (por ejemplo: «este cuervo es negro») no parece que la cuestión acerca de si sabemos o no tal proposición suscite problemas. Ahora bien, cuando se trata de proposiciones universales (por ejemplo: «todos los cuervos son negros» o «los cuervos son negros») es entonces cuando surgen los problemas. Y es que se trata de generalizaciones realizadas sobre la base de casos particulares, las cuales pueden ser falsadas si aparecen nuevos casos particulares que no se ciñen a la generalización. Y es que cuando hablamos de ciencias naturales las excepciones no prueban las reglas, más bien las ponen a prueba.
Aquí la cuestión es que nuestro conocimiento de estas generalizaciones universales, de las leyes de la naturaleza formuladas desde las ciencias naturales, no estaría justificado y, por tanto, no sería conocimiento, pues desde antiguo se define el conocimiento como creencia verdadera justificada.
El problema de la inducción en las ciencias empíricas (o naturales) ha sido tratado desde la Edad Moderna por autores de la talla de David Hume. Sin embargo, una de las respuestas más interesantes la encontramos en el siglo XX. Se trata del falsacionismo de Karl R. Popper. Según este filósofo de la ciencia erramos si intentamos verificar una hipótesis. Nuestros esfuerzos han de estar encaminados a falsarlas, es decir, a demostrar que son falsas. Mientras que no lo consigamos, dicha hipótesis tiene derecho a mantenerse en el tráfico científico. Este punto de vista popperiano recoge la intuición según la cual la ciencia ha de ser 1) honesta; 2) falible y 3) revisable y el hecho de que las hipótesis y teorías de las ciencias naturales son 4) provisionales.
Ciencias naturales famosas
Algunas de las ciencias naturales más conocidas son la Física, la Astronomía, la Biología, la Geología y la Química.