El Racionalismo crítico de Karl Raimund Popper
Karl Raimund Popper (1902-1994), filósofo y epistemólogo británico de origen austríaco, fue uno de los grandes pensadores del siglo XX. Su racionalismo crítico se opone a toda forma de relativismo, convencionalismo y escepticismo.
Entre los años 1929 y 1932, Popper cambió su rumbo intelectual, que posteriormente definiría su obra, pasando a ser un filósofo de la ciencia.
Trabajaba solo y se interesaba por la obra de Carnap, Reichenbach, y Schlick, que fueron influencias que moldearon este nuevo período de su concepción filosófica.
Consiguió una cátedra como profesor en la escuela superior de Schwegler, de Viena, se casó y ese mismo año también comenzó a escribir un libro sobre lógica de la ciencia, intentando extender los modelos deductivos de la geometría a las ciencias naturales.
El problema de la inducción lo convirtió el objetivo central de su critica al positivismo lógico; porque para Popper, la ciencia procedía deductivamente no inductivamente. No había procesos científicos inductivos; la ciencia consistía en deducir predicciones de las leyes naturales que luego eran puestas a prueba. La verificación de los pronósticos confirmaba la teoría, y si eran falsos las refutaba.
Fue así como a partir de sus críticas a los aportes de los miembros del Círculo de Viena, fue construyendo las bases intelectuales de toda su obra.
El círculo de Viena era uno de los grupos que estaba formado por filósofos y científicos de esa época, quienes trataban de realizar un cambio radical en la forma de hacer filosofía, intentando tener en cuenta siempre los adelantos en la lógica, las matemáticas y las ciencias naturales.
La filosofía del Círculo de Viena era conocida como “positivismo lógico”. Algunos miembros del Círculo creían que la filosofía de la ciencia tenía un objetivo social que consistía en la educación del pueblo y la transformación social, pero no fue nunca filosófica ni políticamente homogéneo.
Popper se dio cuenta que en los planteamientos del Círculo de Viena se había abierto una brecha entre la ciencia y la filosofía; y su propuesta empírico-deductivista era la solución de las dificultades que encontraba el Círculo en relación a las leyes naturales.
Popper fue la mayor influencia externa que tuvo el Círculo de Viena en la década del 30; era el opositor oficial pero la relación con él no fue fácil.
La quiebra de la Viena roja marcó significativamente la posición política posterior de Popper. En su juventud había sido marxista, luego se consideró socialista disidente, pero cada vez era más antimarxista.
En aquella época, entre quienes lo frecuentaban, el hecho de ser socialista se daba por sentado, ya que el que no lo era significaba que era aliado a las fuerzas nacionalistas más reaccionarias.
Para enfrentar la crítica filosófico-política, Popper consideraba que la lógica de la investigación científica para las ciencias naturales tenía que ser una forma de abordaje válido también para las ciencias sociales.
Para él, los errores de los partidos marxistas tuvieron que ver con el fracaso de la resistencia contra el fascismo y explicar este fracaso era la base para la reconstrucción de la ciencia social y la política.
Popper sentía orgullo por ser el que había descubierto la “deducción natural”; y fue considerado por muchos como el líder de la libertad del mundo capitalista.
Fuente: “Popper, Vida, pensamiento y obra”, Colección Grandes Pensadores, Ed. Planeta DeAgostini, 2007