Ciencia y Filosofía-Gripe Aviar y Porcina
Hace algunos días un programa documental emitido por Nacional Geographic Channel relacionado con la última epidemia de gripe aviar ocurrida en Asia y otros países de Europa, proporcionó datos científicos detallados sobre sus características, incluyendo información histórica sobre la epidemia de gripe ocurrida a principios del siglo pasado en Europa que provocó 54 millones de muertes, muchas más pérdidas de vidas que las sufridas durante la guerra.
En esa ocasión, las condiciones de vida eran aún muy precarias en las ciudades donde se concentraban cada vez mayor cantidad de gente. La higiene y los servicios sanitarios y de agua potable recién comenzaban a popularizarse y muchas casas no disponían de cañerías.
Arrojar los residuos de toda clase a la calle era cosa común y no sólo la gripe sino otras epidemias como la peste bubónica y la viruela causaban estragos. En este contexto, es importante recordar que la ciencia y la medicina de la época estaban aún en sus etapas iniciales, y no contaban con las herramientas y conocimientos que poseemos hoy. Las vacunas y los antibióticos eran prácticamente desconocidos, y las medidas de prevención y control de enfermedades eran rudimentarias en el mejor de los casos.
La gripe aviar puso en alerta rojo a los hombres de ciencia que no tardaron en vaticinar siniestros pronósticos, en caso que el virus se comenzara a propagar de persona a persona. Este documental evidentemente se realizó en el momento en que se declaró la gripe aviar y cuando se estaban realizando la matanza de animales en gran escala en los países afectados.
Afortunadamente en esa oportunidad se logró controlar la situación y no se produjo el temido contagio del virus entre humanos. Pero esta experiencia dejó una lección importante: la necesidad de estar preparados para futuras epidemias. La ciencia y la medicina han avanzado enormemente desde entonces, y hoy contamos con mejores herramientas para prevenir y controlar las enfermedades infecciosas. Sin embargo, también hemos aprendido que los virus son organismos extremadamente adaptables, capaces de mutar y evolucionar para superar nuestras defensas.
Actualmente estamos frente a una nueva epidemia de gripe, en este caso denominada porcina, pero que eventualmente también tendría relación con la gripe aviar. Esta vez, finalmente el virus ha mutado y el contagio se puede producir de persona a persona; sin embargo, afortunadamente, se está comprobando que contrariamente a lo que los científicos suponían, el virus se ha atenuado y no es tan mortal como esperaban.
El documental que sugirió este artículo presagiaba prácticamente el fin de la raza humana, los comentarios personales de algunos científicos en cámara no dejaban lugar a ninguna esperanza vaticinando sin reparos el próximo Apocalipsis. Pero la realidad ha demostrado que, aunque los virus son una amenaza seria, también somos capaces de enfrentarlos y superarlos.
Una vez más algunos científicos con su acostumbrada soberbia continúan elaborando presuntivos pronósticos basados en razonamientos y proyecciones hechas con computadoras, presagiando catástrofes desalentadoras y un panorama de una vida sin esperanzas, a los millones de ingenuos televidentes, entre los que se encuentran muchos jóvenes que pueden llegar a pensar que nada vale la pena en la vida y que sólo les queda pasarla bien y no hacer ninguna otra cosa porque aparentemente no tienen ningún futuro.
Somos víctimas de los medios de comunicación y estamos recibiendo mensajes contradictorios según el punto de vista de cada uno. Sin embargo ninguno es dueño de la verdad y puede adjudicarse el papel de sabelotodo aunque esté avalado por la comunidad científica que ha logrado grandes aciertos pero también ha cometido y seguirá cometiendo grandes errores.
Porque el hombre apenas sabe muy poco de la realidad y todavía hay muchas cosas que se ignoran y porque hay que ser más humildes antes de hablar con tanta certeza, porque no existe la certeza, existe la probabilidad de la ocurrencia de los fenómenos que dependen también de factores que aún no se conocen. La ciencia, en su constante búsqueda de la verdad, siempre está evolucionando y aprendiendo, y es importante recordar que incluso los expertos pueden estar equivocados.