Los Mitos del Fin del Mundo
Es un símbolo muy profundo el mito del fin del mundo
La Mitología sobre el tema del fin de la vida y el fin del mundo tiene distintas respuestas para enfrentar o evitar la muerte y sobrevivir de alguna manera.
En algunos mitos algunos dioses vuelven a la vida, ciertos héroes son capaces de internarse en el mundo de los muertos, y otros se atreven a relatar las vidas de las almas en el más allá o su reencarnación en otro cuerpo.
Muchos mitos sobre el fin de la vida tienen en común el viaje del alma a otro mundo después de la muerte física. Por lo general, interpretado como un viaje difícil, cargado de dificultades, una prueba peligrosa que aseguraba la bienvenida al mundo subterráneo.
Poblaciones primitivas ofrecían a sus muertos armas y alimentos para la travesía y graves castigos les esperaban a todos aquellos que habían actuado mal en sus vidas.
El concepto de infierno se encuentra tanto en religiones de occidente como en antiguas tradiciones japonesas; mientras el Paraíso o el mejor tratamiento lo recibían los héroes.
Para nórdicos y germanos las almas de los héroes se reunían con Odin en el Valhalla y para los griegos la morada después de muertos era la de los Campos Eliseos.
En culturas africanas el otro mundo era un lugar de espera para volver a renacer en la tierra con otra forma.
El fin del mundo significa el fin de la vida para una persona individual; pero existe también el mito del fin del mundo representado por un cataclismo universal que sólo provocaría el fin del mundo pero no el fin de la vida en la tierra.
En todo el mundo existe el mito del diluvio universal. En el Antiguo Testamento tenemos la Historia del Arca de Noé y también cuentan con mitos de diluvio las regiones que rodean el Mediterráneo, India, China, México y Australia.
En casi todos los casos el fin del mundo se produce como una respuesta de Dios o dioses hacia el comportamiento malvado de los hombres y sólo contempla la supervivencia de algunos pocos seres que son advertidos y pueden tomar recaudos para salvarse, generalmente por medio de una embarcación.
Pero este cataclismo no sólo puede ser producido por el agua sino también por el fuego o por terremotos; como algunos mitos chinos, indios y norteamericanos que mencionan fuegos cósmicos; que simbolizan la purificación y la erradicación de la corrupción y el mal de la tierra, permitiendo una renovación.
Un ejemplo de la muerte y renacimiento del cosmos se encuentra en la mitología nórdica. Luego de la última gran batalla, la mayoría de los viejos dioses eran aniquilados surgiendo un nuevo mundo, repitiéndose este patrón eternamente.
Los aztecas decían estar en la Quinta Era, o sea la actual y creían que el mundo había sido destruido anteriormente en forma sucesiva por distintas catástrofes para volver a renacer.
La tradición hinduista también propone la idea de ciclos de creación y destrucción a través de un extenso período de tiempo.
Estos mitos tratan de explicar las catástrofes naturales entendiéndolas como parte de un plan superior con el propósito de fomentar la esperanza de un mundo mejor.
La imagen del infierno budista posee un espejo donde se reflejan las malas acciones y balanzas para pesar los pecados; y a los mentirosos se les arranca la lengua.
El infierno de Dante Alighiere está representado como un cono invertido. El lugar más tenebroso y profundo sería el destino de las almas más impuras y malvadas, como las de los traidores y de los indiferentes, que son aquellos que en sus vidas no tomaron partido. Más arriba sería el lugar para los lujuriosos, violentos, falsos y herejes; mientras que al borde del abismo del infierno estarían las almas de los no bautizados como Adán, los ladrones, hipócritas, usureros y suicidas.
Las llamas del infierno tienen en común que son eternas, sin punto de retorno, un abismo insondable sin perdón ni salida.