La Ley de Atracción-Cuarta Parte
Hemos visto la primera de las leyes universales la Ley de Atracción, que afirma que todas las cosas atraen a aquello que se les asemeja; y la segunda ley de la Creencia y la Creatividad, que sostiene que todo pensamiento que se ajusta a nuestra creencia se cumplirá inexorablemente permitiéndonos ser creativos.
Nos queda la tercera ley, de la libertad de cada uno para ser quien es, o sea el arte de ser uno mismo y permitir a los demás que también lo sean.
El arte de permitir requiere ser consciente de las emociones que tenemos para orientar nuestros pensamientos.
Las personas son todas diferentes y todos disfrutan el ser quienes son aunque sean distintos.
Experimentamos emociones positivas cuando somos quienes somos, no intentando que los demás piensen lo mismo; porque si así fuera no habría creatividad.
Además de los pensamientos positivos y la emoción de entusiasmo es necesario permitirnos la propia expansión y la de los demás, porque cuando no lo hacemos no nos sentimos bien.
Nos damos cuenta que no estamos siendo quienes somos o que no le estamos permitiendo a otros serlo, cuando nos sentimos mal, de modo que nuestro malestar es el indicador de la falta de manifestación del ser que es cada uno.
Para practicar el arte de permitirnos y permitir a los demás es necesario percibir las señales del ser interior y enfocarse en ese sentido, que es el que nos ayuda a sentirnos bien.
La emoción de bienestar sirve como guía para la realización personal.
Los demás no pueden coartarnos nuestra libertad porque no participan de nuestra experiencia si no los invitamos con nuestros pensamientos.
Los otros nunca pueden ser obstáculos para nuestro desarrollo y crecimiento mientras no se lo permitamos y del mismo modo, tampoco yo puedo intervenir en su propio mundo para coartarles su propia libertad.
En este mundo hay muchas cosas que no nos gustan y otras que si nos gustan, pero nuestro destino no es tanto intervenir en el mundo para destruir o cambiar cosas, como emprender nuestra propia realización que será nuestro aporte dentro de lo que nos corresponde y que se traducirá como beneficio hacia el mundo y hacia los demás.
Las personas temen las conductas ajenas porque se sienten vulnerables y están a la defensiva; pero luchar contra las ideas de los demás atrae más y más cosas desagradables a la experiencia personal.
El contraste que se desea eliminar no nos puede afectar y no nos impide que seamos felices y libres en un mundo pleno de diversidad, cuando aplicamos las leyes universales, de la atracción, de la creencia y la creación y de la libertad de ser quienes somos.
Entendiendo estas leyes, está en nosotros construir nuestro propio mundo con nuestro pensamiento.
Los pensamientos se atraen entre ellos y nosotros los atraemos con nuestra atención. Es fácil ver cómo funcionan estas leyes en personas que gozan de prosperidad y que logran todo lo que desean.
Las personas más saludables son las positivas, las que no se contaminan con lo que los demás sienten, creen o dicen sino que tienen su propia manera de pensar y no se apartan de sus creencias y sentimientos.
Las experiencias que hemos vivido son la prueba viviente de que estas leyes funcionan. Las hemos llamado casualidades, las hemos atribuido al azar, la buena suerte, a una fortuna fortuita inesperada, sin embargo ocurrieron porque en ese intervalo de espacio tiempo, nos hemos sentido bien, entusiasmados y enfocados hacia nuestros propios objetivos y hemos aplicado en forma no deliberada estas leyes.
De manera que en lugar de controlar los pensamientos, cosa que es prácticamente imposible, controlaré en el futuro mis sentimientos y emociones, porque cada emoción negativa se vinculará con pensamientos negativos y producirá efectos no deseados.
Tengo que estar dispuesto a ser lo que soy y a permitir a los demás a que sean quienes son, aunque no me guste.
Tolerar no es lo mismo que permitir, porque tolerar es una emoción negativa y permitir es positiva.
Se puede ayudar a los demás desde un estado emocional positivo, visualizándolos en perfecto estado de salud, prósperos y con sus problemas solucionados.
Bibliografía:»La Ley de Atracción», de Esther y Jerry Hicks, Ed.Urano, 2009.