La Ley de Atracción
La nueva ciencia, exige un cambio de conciencia.
Desde los comienzos, el hombre intuyó la existencia en la naturaleza de algo más grande y poderoso que él, capaz de mantener el orden en el cosmos y de hacer posible las hazañas más asombrosas.
Esa intuición lo llevó a intentar conectarse con esa fuente de poder utilizando rituales mágicos u otros medios que le provocaban estados alterados de conciencia; porque la conciencia ordinaria de todos los días, demasiado absorbida por la realidad que conocemos, no permite alcanzar los niveles adecuados como para tener una experiencia trascendente.
Los chamanes de las tribus más primitivas, los profetas y los grandes pensadores de la humanidad conocían este misterio y el gran poder que representaba. Pero este poder no es meramente místico o sobrenatural, sino que se encuentra en la capacidad de cada individuo para atraer lo que desea a su vida.
Ese conocimiento permaneció oculto hasta ahora y sólo fue transferido parcialmente a la humanidad y con un significado sobrenatural a través de las religiones y la metafísica, pero la necesidad histórica de un nuevo enfoque sobre la realidad, la pérdida de la fe y los valores, los avances de la ciencia y el descubrimiento de la física cuántica dieron origen a un nuevo paradigma sobre el misterio de la vida basado en la LEY DE ATRACCIÓN.
Las leyes naturales funcionan para todos, si caemos de gran altura nos estrellamos contra el piso, si frenamos el auto nuestro cuerpo es proyectado hacia adelante debido a la fuerza de la inercia y así ocurre de la misma manera con las demás leyes de la física y también con la ley de atracción.
Gracias a que estas leyes se cumplen en forma inquebrantable se pueden realizar viajes al espacio y lograr objetivos lejanos sin mayores dificultades. De la misma forma, la ley de atracción puede ser utilizada para atraer a nuestra vida aquello que deseamos y necesitamos.
La ley de atracción nos dice que lo semejante atrae a lo semejante o sea que somos como imanes que atraemos lo que pensamos, lo que hacemos y lo que somos. Este principio se basa en la idea de que nuestros pensamientos y emociones generan una energía que vibra en sintonía con el universo.
De manera que todo lo que hemos sido, hemos pensado, y hemos hecho hasta ahora, lo hemos atraído hacia nosotros sin saberlo; por lo tanto, para cambiar la vida sólo basta guiar nuestro pensamiento y nuestros sentimientos, y controlar nuestras emociones.
El pensamiento negativo atrae fenómenos negativos y las emociones y sentimientos negativos como el miedo, la culpa, la preocupación, la ansiedad, la angustia, la desesperanza, el odio o el resentimiento atraen más emociones de esa naturaleza.
Quejarse de los problemas, las dificultades, las enfermedades y los dolores aumenta la posibilidad de agravar estas situaciones, sencillamente porque al hablar de ello estamos fijando la atención y concentrándonos en nuestras desgracias.
Porque el Universo no repara en lo bueno o lo malo, sólo responde a nuestros reclamos, a nuestros pensamientos, a nuestros dichos y a nuestros hechos. Es por ello que es fundamental mantener una actitud positiva y optimista, ya que esto nos permitirá atraer a nuestra vida situaciones y personas que estén en sintonía con esta energía positiva.
No se trata de controlar el pensamiento, porque es imposible y nos volveríamos locos, sólo se trata de guiar nuestros sentimientos y emociones buscando todo lo que nos hace sentir bien y cambiar nuestra forma de pensar.
No importa si hemos tenido pensamientos negativos, lo que importa es el pensamiento que tenemos AHORA.
Cristo afirmaba que si nos arrepentíamos de nuestros pecados en el último minuto de nuestra existencia, después de haber vivido una vida como criminales, entraríamos al reino de Dios por la puerta grande, como si lo único que importara fuera nuestro último pensamiento.
Buda dijo: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado” y Winston Churchill afirmaba: “Creas tu propio Universo sobre la marcha”.
Estas enseñanzas nos muestran que la ley de atracción no es un concepto nuevo, sino que ha sido conocido y practicado por grandes pensadores a lo largo de la historia. Lo que sí es nuevo es la forma en que la ciencia moderna ha logrado explicar y demostrar este principio, dándole un fundamento sólido y creíble.
Así, la ley de atracción se convierte en una herramienta poderosa para transformar nuestra vida, siempre y cuando seamos conscientes de su existencia y sepamos cómo utilizarla correctamente.