La Kabbalah como fuente de sabiduría
La kabbalah es una doctrina muy antigua proveniente de las tradiciones hebreas que aún guarda muchos misterios.
No es una religión, representa una interpretación esotérica de los libros sagrados judíos, una forma de ver el mundo, una explicación posible sobre todo lo que existe, quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
El objetivo de su práctica y estudio es comprender la realidad y el propósito de la existencia.
La Kabbalah busca encontrar el sentido oculto que tienen las palabras.
La palabra kabbalah proviene de lekabel, que quiere decir recibir pero que también significa dar algo de uno para poder entenderla.
Tiene origen judío pero es para todos, porque brinda la oportunidad de investigar el plan divino a través del Tanaj de la Biblia.
El momento ideal en la vida para estudiar la Kabbalah es la madurez, cuando se es capaz de salir de si mismo y descubrir al otro.
Una condición de la madurez y para el estudio de esta doctrina es comprender la sexualidad como una forma de trascendencia.
Otra condición es la pareja, ya que simboliza la posibilidad de establecer una relación con otro diferente.
Finalmente, se necesita un maestro, que es el que representa el encuentro con los otros.
La Kabbalah es un ritual sagrado con el objetivo de comprender la realidad y poder atraer las cosas que queremos hacia nosotros y hacer posible el cumplimiento de los objetivos.
Utiliza el valor simbólico de las letras, y los números, que son a la vez letras, y que tienen un poder de protección.
Darle valor simbólico y poder a las letras y a los números, implica el reconocimiento de que existe algo más allá de la razón, que no es precisamente irracional, sino que se puede analizar racionalmente.
El estudio de la Kabbalah interesó a muchos hombres de ciencia con inquietudes espirituales y con el afán de descubrir las verdades últimas y entender los curiosos y sorprendentes eventos de la vida.
La Kabbalah se ha puesto de moda, porque la gente está buscando respuestas a sus temores y necesita protección porque se siente aislada y sola en medio de la multitud indiferente, y expuesta a los avatares de la existencia, sin saber que tiene el poder de cambiar todo a su alrededor, salir del pesimismo y transformarse a si mismo.
La vida es como un juego, una serie de movimientos certeros y precisos que dan el resultado esperado, si se conoce bien el juego y sus reglas.
El tablero es el plan, luego hay que conocer las reglas del juego, o sea las actitudes necesarias en la vida, confiar, no tener miedo ni inseguridad, aprender a ver, descubrir la verdad y celebrar.
Los números y las letras nos revelan el significado profundo de la realidad porque cada número y cada palabra es un símbolo que se puede descubrir.
No se trata de inventar sino de reconocer lo que realmente existe, poder verlo con los ojos del espíritu.
El objetivo del estudio de la Kabbalah es el conocimiento, la búsqueda de la sabiduría que puede hacernos más felices, el intento de descubrir el misterio de la realidad. Es misticismo y esoterismo, en el sentido que se trata de una ciencia oculta que cierra secretos a veces indecifrables.
Es una forma de interpretar los libros sagrados a la luz de lecturas apócrifas que guardan enseñanzas sobre el origen del universo, la creación, el cosmos, el creador, de los primeros hombres y del Árbol de la Vida”, o sea el proceso que todos tenemos que transitar.
En el verbo está la explicación de todo y en la búsqueda está la respuesta.
En la práctica, la Kabbalah contiene mantras, el tarot guemátrico, la guematría personal, la quiromancia y otras. La guematría es la simbología numérica hebrea o numerología.
Según la Kabbalah, el idioma hebreo es además un instrumento capaz de provocar o evitar fenómenos, poder que se refiere a cambiar el orden de la Creación.
Fuente: Entrevista a Rubén Kanalenstein, Baruj Plavnick, Beatriz Borovich y Ruth Percowicz, Revista Uno Mismo, Edición Gie S.A., Buenos Aires, diciembre 2009 y enero 2010