Lógica y pensamiento
Una cuestión que últimamente trae de cabeza a los filósofos de la lógica, sobre todo a partir de finales del siglo XIX, es la relación entre lógica y pensamiento. Y es que desde la época de Aristóteles se ha pensado que la lógica representa las formas correctas de pensamiento. Sin embargo, en el siglo XIX Gottlob Frege va a alzarse en contra del psicologismo en lógica, lo cual supuso una revolución en el ámbito de la lógica. Desde que Frege rechazó el psicologismo en lógica, pocos son los que apoyan esta doctrina. A continuación presentaremos, con mayor grado de detalle, esta importante cuestión en filosofía de la lógica.
El psicologismo
El psicologismo es una familia de doctrinas filosóficas que tienen en común el hecho de relacionar el objeto de estudio de la lógica con los procesos mentales. Según el tipo de relación que se establezca estaremos hablando de un tipo de psicologismo o de otro. Así, Inmanuel Kant fue un psicologista en un sentido fuerte. En efecto, para él la lógica describe el modo en el que pensamos o en el que deberíamos pensar. Por su parte, otros autores como Charles Sanders Pierce defendieron una versión de psicologismo algo más débil que la de Kant. Desde el punto de vista de Pierce, el objeto de la lógica es prescribir cómo debemos pensar, es decir, tiene un carácter normativo.
El antipsicologismo de Frege
Gottlob Frege se va a posicionar, desde un primer momento, en contra de la idea de que la lógica tiene que ver con los procesos mentales. Para Frege la lógica es la ciencia de la verdad, es decir, la ciencia que estudia las leyes del ser verdadero. Por su carácter científico, la lógica es pública y objetiva y es por esta razón por la que no tiene nada que ver con la mente, porque lo mental es considerado por Frege como algo privado y subjetivo, ontológicamente dependiente de cada mente particular. Para Frege la verdad es una propiedad de los pensamientos, son los pensamientos los que son verdaderos o falsos. Ahora bien, los pensamientos no son para Frege entidades mentales, sino objetos abstractos y públicos, que pueden ser captados por cada mente particular. Los pensamientos, en tanto que son públicos, son objetivos y, es más, son independientes de todas las mentes, todo lo cual hace posible que todas las mentes puedan captar los mismos pensamientos, así como comunicarlos a través del lenguaje.
Algunas dudas frente al antipsicologismo de Frege
Los argumentos de Frege son poderosos, sin embargo no son invencibles. En primer lugar, merece la pena preguntarse si todo lo mental es subjetivo y privado. En nuestra vida corriente podemos observar que hacemos públicos nuestros contenidos mentales o bien que estos son públicos por fuerza. Y no solo a través del lenguaje, sino también a través de nuestras acciones, normalmente entretejidas con actos lingüísticos y con significados convencionales. Sencillamente, al llorar en determinadas circunstancias podemos estar haciendo públicos nuestros contenidos mentales.
Por otra parte, hay una parte de la concepción antipsicologista de Frege que no deja de ser misteriosa. Se trata de la idea de «captar» pensamientos. ¿Qué quiere decir que los pensamientos son objetivos y que los «captamos»? ¿No es «captar» un pensamiento un proceso mental? Y si lo es, ¿no está proponiendo Frege un tipo de psicologismo? Y si los procesos mentales son subjetivos, ¿cómo puede saber Frege que los humanos «captamos» pensamientos? En realidad, si como supone Frege todo lo mental es subjetivo y privado y si captar un pensamiento es un proceso mental, entonces bien podría ser que en realidad solo Frege accede a los pensamientos «captándolos» y él, erróneamente, extiende su subjetivo (o mental) modo de acceder a los pensamientos al resto de la humanidad. ¿Cómo puede estar Frege tan seguro de que el resto de la humanidad no accedemos a los pensamientos objetivos que él postula mediante la intervención del Espíritu Santo, por ejemplo?
El debate contemporáneo
El debate entre psicologismo y antipsicologismo ha continuado hasta nuestros días, y sigue siendo un tema central en la filosofía de la lógica. Algunos filósofos contemporáneos, como Michael Dummett y Crispin Wright, han defendido posiciones que se podrían considerar como una especie de neo-psicologismo, argumentando que la lógica debe estar enraizada en alguna forma en nuestras capacidades cognitivas. Otros, como Paul Boghossian, han defendido una posición más cercana al antipsicologismo de Frege, argumentando que la lógica es una disciplina puramente formal que no tiene nada que ver con la psicología.
Es importante notar que el debate entre psicologismo y antipsicologismo no se limita a la lógica, sino que tiene implicaciones para otras áreas de la filosofía, como la filosofía de la mente y la filosofía del lenguaje. Por ejemplo, si aceptamos la posición de Frege, entonces debemos rechazar la idea de que los pensamientos son entidades mentales, lo cual tiene importantes consecuencias para nuestra comprensión de la mente y del lenguaje. Por otro lado, si aceptamos alguna forma de psicologismo, entonces debemos aceptar que la lógica está de alguna forma enraizada en nuestros procesos mentales, lo cual también tiene importantes consecuencias para nuestra comprensión de la mente y del lenguaje.
En última instancia, el debate entre psicologismo y antipsicologismo nos obliga a reflexionar sobre la naturaleza de la lógica, la mente y el lenguaje, y sobre cómo estas tres áreas de estudio están interrelacionadas. Aunque no hay consenso sobre cuál es la posición correcta, lo que está claro es que este debate es fundamental para nuestra comprensión de la lógica y del pensamiento.