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Dilema

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

En este blog se ha dedicado una entrada al llamado «dilema del prisionero». La entrada fue publicada por Rubén Ávila y en ella presuponía la noción de dilema. Obviamente, no podía hacer otra cosa, pues él quería exponer un dilema particular y ello presupone esta noción. Ahora mi objetivo no es hablar de algún dilema particular, sino elucidar esta noción de forma tan clara y precisa como me sea posible. Todos nuestros lectores y, en general, todos los seres humanos con cierto grado de conciencia, se han enfrentado alguna vez a algún dilema (seguramente a muchos). Todos sabemos plantearlos, considerarlos y actuar en función de cómo abordemos el dilema en cuestión. Lo que, con toda seguridad, la mayoría no sabemos hacer es identificar dilemas, reconocer su estructura, distinguirlos de otros tipos de argumentos y, en definitiva, dar una caracterización más o menos precisa de ellos.

Un acercamiento informal a la noción de dilema

Cuando decimos que todo el mundo se ha encontrado en su vida con algún dilema, queremos decir que cualquiera de nosotros nos hemos visto en la encrucijada de tener que elegir una entre dos opciones enfrentadas y excluyentes. Y, por supuesto, todos hemos dicho alguna vez esta frase célebre: «ser o no ser, he ahí la cuestión». Bueno, esta frase la escribió, como todos sabemos, William Shakespeare en su obra Hamlet, príncipe de Dinamarca. Y a esta cita, más todo el razonamiento filosófico que sigue, se la llama dilema de Hamlet. No entraremos aquí a comentar la interpretación de este dilema particular. Nos limitaremos a aconsejar la lectura de la obra de Shakespeare y a decir que «ser o no ser» ilustra lo que es un dilema, es un paradigma de este tipo de argumento.

Podemos plantearnos dilemas en todos las esferas de la vida. El niño o la niña pequeña que solo dispone de 5 céntimos (de euro, de dólar u otra moneda, igual da) y tiene que elegir comprar una chuchería entre dos preferidas, se encuentra ante un dilema, aunque no del tipo que generalmente interesa a los filósofos. La mujer que tiene que elegir entre tener un hijo con deformidades o abortar y evitarle al bebé un sufrimiento seguro y una muerte prematura, se encuentra también ante un dilema. Este está dentro de los dilemas que importan a los filósofos.

Caracterización formal de la noción de dilema

La caracterización formal de la noción de dilema es algo más compleja y tenemos que echar mano de algunas de las herramientas que nos proporciona la lógica. Un dilema tiene la forma de un argumento que incluye una disyunción y una conjunción de dos condicionales como premisas. A cada parte de la disyunción se le llama cuerno del dilema y estos aparecen en cada uno de los condicionales como antecedentes o como consecuentes, variando la conclusión en cada caso. Las formas de los dilemas pueden ser las siguientes:

Dilema constructivo complejo:

Premisa 1: (P → A) ^ (Q → B)

Premisa 2: (A ˅ B)

Conclusión: (P ˅ Q).

Dilema constructivo simple:

Premisa 1: (P → A) ^ (Q → A)

Premisa 2: (P ˅ Q)

Conclusión: A

Dilema destructivo simple:

Premisa 1: (P → A) ^ (Q → B)

Premisa 2: ( ¬A ˅ ¬B)

Conclusión: (¬P ˅ ¬Q)

Dilema destructivo complejo:

Premisa 1: (P → A) ^ (P → B)

Premisa 2: ( ¬A ˅ ¬B)

Conlusión: ¬P