Las proposiciones generales, las que tienen la forma «todos…» y «algún…», fueron un problema complejo para el primer Wittgenstein, tanto es así que su postura al respecto no termina de quedar clara sin unas cuantas horas de reflexión y estudio. En esta época tuvo un punto de vista complicado sobre estas: por un lado, da la impresión de que las entendió tal y como Frege y Russell las habían entendido previamente, esto es, como el resultado del producto lógico de proposiciones elementales (∀xPx = Pa ˄ Pb ˄ Pc ˄…) o como la suma lógica (∃xPx = Pa ˅ Pb ˅ Pc ˅…). Sin embargo, se niega a caracterizarlas partiendo de la suma lógica y el producto lógico.
Ludwig Wittgenstein en 1922; en esta época era maestro de primaria e intentaba enseñar a sus alumnos este tipo de cosas; no tuvo éxito.
Wittgenstein se niega en el Tractatus a introducir las proposiciones generales con el producto lógico y la suma lógica. De este modo, dice en 5.521: