Noam Chomsky I: Filosofía de la lingüística
Noam Chomsky es un lingüista y filósofo estadounidense nacido en 1925. Y esto es todo lo que vamos a decir sobre su biografía. Por lo demás, vamos a dedicarle dos artículos a este autor. El primero de ellos, este, lo dedicaremos a su filosofía de la lingüística, es decir, a la concepción filosófica que tiene sobre su quehacer como lingüista, sobre esta disciplina, sobre su objeto de estudio, etc. En cuanto al segundo post, lo dedicaremos a su pensamiento político, más popular que su concepción de la lingüística, pero no por ello más interesante.
Lingüística y psicología psicología cognitiva
Desde el punto de vista de Chomsky, la lingüística sería una ciencia continua con la psicología cognitiva, en la medida en que su objeto de estudio es un caso particular del conocimiento humano. En efecto, la lingüística consiste en el estudio de la estructura de los lenguajes humanos. Para caracterizar esta estructura, se necesita una teoría del conocimiento del lenguaje que tienen los hablantes, esto es, una teoría de la competencia lingüística. Desde este punto de vista, la lingüística es caracterizada por Chomsky como una rama de la psicología cognitiva que estudia, de manera específica, las estructuras mentales responsables de la competencia lingüística de los hablantes.
Además, Chomsky argumenta que la lingüística no puede ser reducida a una ciencia empírica, ya que la competencia lingüística de un hablante no puede ser observada directamente, sino que debe ser inferida a partir de su rendimiento lingüístico. Esta idea, que se conoce como el principio de la competencia/rendimiento, es fundamental para la filosofía de la lingüística de Chomsky.
La gramática universal
La noción de «gramática» es utilizada por Chomsky en dos sentidos. En el primero de ellos, con «gramática» se refiere a la teoría de la estructura del lenguaje que formulan los lingüistas. En el segundo sentido, se refiere a un componente que se encuentra en el interior de la mente del hablante-oyente. La gramática, como teoría de los lingüistas, debe proporcionar un modelo de la competencia lingüística de un hablante-oyente ideal, esto es, de un hablante-oyente abstracto, cuya competencia lingüística no se ve afectada por cuestiones contigentes como la memoria, lapsus, etc. Desde esta perspectiva, este hablante-oyente ideal es capaz de generar infinitas estructuras bien formadas y de distinguir las bien formadas de las que no lo están.
Chomsky postula así una gramática universal, una especie de «órgano» del lenguaje, la cual consiste en un conjunto de reglas (o axiomas) a partir de los cuales los niños generan la gramática particular de la lengua a la que son expuestos de pequeños. La concepción del lenguaje predominante hasta que apareció Chomsky era conductista. Según este punto de vista, los niños aprenden el lenguaje por exposición directa a eventos lingüísticos: a su alrededor la gente habla y le hablan al niño. Y este imita esta conducta por ensayo y error. Sin embargo, el resultado es un hablante-oyente capaz de generar infinitas secuencias bien formadas (gramaticales) en su lengua y de entenderlas. La concepción conductista tiene el problema de que no explica cómo los niños, que en realidad tienen una experiencia lingüística muy limitada y fragmentada, pueden llegar a adquirir tal competencia lingüística.
Por otra parte, otro fenómeno que lleva a la postulación de la gramática universal es el hecho de que todos los niños aprenden a hablar su lengua nativa más o menos a la misma edad, con independencia de su cultura, religión, estatus social, etc. La gramática universal, como un elemento innato de los seres humanos, entendida como ese «órgano» del lenguaje, es la mejor explicación a este hecho.
Así, los seres humanos venimos equipados de serie con una gramática universal, que se distingue de las gramáticas particulares de las diferentes lenguas (el inglés, el francés, el latín, el chino, etc.). Para referirse a las distintas lenguas a las que son expuestos los humanos, Chomsky utiliza la expresión «lenguaje-E», que hace alusión a que son lenguajes externos; para hablar de la facultad del lenguaje que todos los humanos tienen, Chomsky utiliza la expresión «lenguaje-I». La «I» hace alusión a que es algo interno (e innato).
A esta concepción del lenguaje Chomsky la llamó cartesiana. Sin embargo, en realidad tiene más tintes kantianos y leibnezianos que cartesianos. Chomsky también ha argumentado que la gramática universal tiene una base biológica, lo que ha llevado a la creación de la lingüística biológica, una disciplina que busca entender la relación entre la biología y la capacidad del lenguaje. En este sentido, Chomsky ha sido una figura clave en el desarrollo de la psicolingüística, una disciplina que busca entender cómo los seres humanos adquieren, procesan y utilizan el lenguaje.