Teoría Transpersonal
Buda decía que somos lo que pensamos y que nuestros pensamientos construyen el mundo.
La Teoría Transpersonal se nutre de la ciencia occidental pero también de la sabiduría oriental, y abarca el total del potencial humano, o sea, los procesos mentales, los valores humanos, los estados transpersonales, la conciencia universal, las necesidades espirituales, las experiencias cumbres, el éxtasis, la mística, el ser, la esencia, la santidad, lo sagrado, la trascendencia, la meditación, la realización y todo lo que está más allá del ego.
Es el intento de investigar más a fondo el potencial de crecimiento humano para lograr el bienestar del hombre.
El término transpersonal significa que se trata de las experiencias que se extienden más allá de la individualidad y de la personalidad, o sea de la esencia del ser.
Las experiencias transpersonales son esencialmente estados alterados de conciencia, durante los cuales se puede ir más allá del ego.
Existen diferentes técnicas para alcanzar estos estados de conciencia. Stanislav Groff, en sus investigaciones con drogas alucinógenas, pudo comprobar que todos los sujetos que se sometieron a sus efectos, lograban trascender a dimensiones transpersonales y tener experiencias de una realidad superior.
Posteriormente, constató que este estado también se puede obtener sin drogas, en forma espontánea, mediante la respiración controlada, o la meditación, o el yoga y también durante la psicoterapia avanzada.
Estas experiencias son un aspecto esencial de la naturaleza humana, que modifican el modo de pensar y transforman la vida.
Cada orientación psicológica tiene un modo de interpretar el comportamiento humano, por ejemplo, el psicoanálisis considera que la conducta es el resultado de fuerzas intra psíquicas, en tanto que el conductismo sostiene que el comportamiento es producto del aprendizaje y el condicionamiento.
Para Freud, la principal fuente de motivación humana es la libido sexual, en tanto que para Adler, es la lucha por el poder, mientras que para el conductismo es el refuerzo o premio.
Cada uno de estos puntos de vista resultan insuficientes para comprender al hombre, reduciendo la conducta a un solo factor e ignorando la complejidad de los motivos del comportamiento humano.
El Psicoanálisis no contempla los estados de conciencia trascendentes e interpreta la conducta humana como regresiones patológicos del ego, debido a traumas de la infancia, en tanto que los estados de éxtasis son entendidos como neurosis narcisistas y la iluminación como una regresión a la vida intrauterina.
Cada marco de referencia teórico excluye a los otros, sin embargo se puede tener un enfoque más amplio del hombre considerando lo que dice cada uno de ellos, logrando que algunos puntos de vista se complementen.
El enfoque transpersonal no reemplaza a otras concepciones teóricas sino que las amplía, ya que las motivaciones humanas tienen una amplia organización jerárquica que contempla desde las necesidades básicas hasta las más evolucionadas, que son las que trascienden al ego.
En los años sesenta surge la psicología humanista como una necesidad de comprender las dimensiones singulares humanas, desde la salud y no desde la psicopatología, como el Psicoanálisis, con un enfoque holístico y no mecanicista del hombre.
El reconocimiento del impulso del hombre hacia la autorrealización sirvió para fomentar esta tendencia e incentivarla, tanto en individuos como en grupos y organizaciones.
Surgieron así muchas ideas humanistas, entre ellas el movimiento del potencial humano orientado a actualizar las potencialidades humanas de evolución y bienestar.
Abraham Maslow, recién al final de su vida se interesó particularmente en las posibilidades del hombre de ir más allá de la autorrealización para llegar a la trascendencia de la identidad y de la experiencia, centrada en el cosmos más que en los intereses de los individuos.
Sin embargo, este modelo, no será el último sobre el entendimiento humano, porque seguramente será complementado por concepciones aún más amplia.
Fuente: «Más allá del ego», Abraham Maslow, Ram Dass, Fritjof Capra, Ken Wilber y otros.