La Dimensión Transpersonal del Hombre
Carl Gustav Jung sabía que la causalidad lineal no representa un principio obligatorio en la naturaleza e introduce el concepto de sincronicidad, coincidencias significativas, no causales, de hechos que se producen en diferente tiempo y espacio.
Jung se interesaba por la física moderna, por las filosofías espirituales orientales, por los fenómenos psíquicos, la astrología y el I Ching y los experimentos con LSD realizados por Stanislav Groff confirmaron gran parte de sus hipótesis.
El aporte más importante de Jung a la comprensión del hombre es el reconocimiento de la dimensión espiritual y transpersonal de la psique.
Las experiencias con drogas alucinógenas y el análisis profundo demuestran la existencia del inconsciente colectivo, de los arquetipos y la función creativa del inconsciente.
Stanislav Groff corrobora durante el proceso terapéutico con LSD, experiencias de muerte renacimiento con manifestaciones fisiológicas como descargas motrices, sensación de ahogo, angustia, trastornos cardiovasculares, pérdida de control de la orina, vómitos y recuerdos detallados del nacimiento.
Durante esta forma de terapia transpersonal, los pacientes se identifican con personas, animales, plantas y experimentan sucesos históricos, filogenéticos, geofísicos o astronómicos que pueden proporcionar información veraz sobre la realidad objetiva.
También suelen experimentar manifestaciones somáticas como muecas, voces, conductas infantiles, movimientos de animales, arquetipos de la maldad, como máscaras diabólicas y vómitos que proyectan el símbolo del demonio.
Roberto Assagioli desarrolla la Psicosíntesis, una forma de terapia que se basa en una concepción del hombre como un ser que está siempre en crecimiento, y que tiene el poder de la voluntad.
La postura de Assagioli con respecto a la comprensión del hombre incluye la espiritualidad y el concepto de inconsciente colectivo de Jung.
Assagioli sostiene que ciertos estados psicóticos pueden interpretarse como crisis espirituales que representan un potencial de crecimiento y transformación de la personalidad.
Para Stanislav Groff, confrontarse con el lado oscuro es beneficioso y contribuye a la curación, a la apertura espiritual y a la evolución de la conciencia.
Las sub personalidades que afloran reflejan matrices ancestrales, filogenéticos, raciales y de encarnaciones anteriores y en estos estados de conciencia se puede extraer información del mundo fenoménico del presente, pasado y futuro.
La propuesta de Assagioli tiene un grado de estructura formal mayor y promueve la dirección terapéutica, en cambio Groff utiliza el enfoque que supone una activación más espontánea del inconsciente que pueda reflejar la dinámica psíquica del paciente.
Abraham Maslow se especializó en el estudio de sujetos que tuvieron experiencias espontáneas místicas o experiencias “cumbres”, como él las llamaba.
La psiquiatría tradicional considera estas experiencias como patologías graves, o sea como síntomas de un proceso psicótico.
Maslow demostró que las personas que tenían estas experiencias se benefician de ellas en cuanto a su autorrealización.
Para Maslow eran experiencias super normales y no anormales como lo sostiene la Psiquiatría clásica.
Maslow estaba convencido que el ser humano tiene necesidades superiores que forman parte de la naturaleza del hombre, y que tienen un papel importante en la salud y en la enfermedad del individuo.
Para Groff, una vez que se sobrepasa la experiencia de la muerte del Ego y el sujeto entra en reinos transpersonales, se descubren fuerzas espirituales y sentimientos cósmicos que habilitan acceder a un nuevo sistema de valores y a otras motivaciones independientes de los instintos básicos.
Fuente: “Psicología Transpersonal”, Stanislav Groff