Psicología Transpersonal y conocimiento científico
El problema mayor que enfrenta la Psicología Transpersonal es su relación con la ciencia empírica y el cuestionamiento sobre su validez científica.
Ken Wilber, en su artículo “El ojo de la Ciencia y el de la Psicología Transpersonal”, que publicó en el libro “Más allá del ego”, junto a Abraham Maslow y otros; cita al respecto a un filósofo favorito de los místicos, San Buenaventura, quien afirma que existen tres modos de conocer: el ojo de la carne, con el que se perciben los objetos, el espacio y el tiempo; el ojo de la razón o la mente, con el que se conoce la filosofía, la lógica y la mente y el ojo de la contemplación con el que podemos alcanzar un conocimiento de las realidades trascendentes.
Este criterio es cristiano, pero existen ideas parecidas en las principales escuelas de psicología, en la filosofía y en las religiones más importantes.
Estos tres ámbitos que corresponden a los tres modos de ver de un ser humano, representan los tres niveles que destaca la filosofía perenne; es decir, el burdo material y carnal; el sutil anímico y mental y el causal contemplativo y trascendente; y entre psicólogos y filósofos existe unanimidad al respecto.
Siguiendo la línea de Buenaventura, una postura más actual sobre este tema puede ampliar este concepto.
El ojo de la carne es la experiencia sensorial compartida que revela y crea. Es el dominio del espacio, el tiempo y de la materia, compartido por todos los seres similares y representa la inteligencia sensorio motriz.
El ojo de la razón o de la mente, percibe las ideas, las imágenes, la lógica y los conceptos, que no se pueden reducir al ojo de la carne.
El ámbito mental incluye y trasciende el campo sensorial, ya que no todo conocimiento mental proviene del conocimiento carnal ni se ocupa solamente de esos objetos.
El conocimiento no es sólo empírico, ya que la lógica se basa en la razón interna y no en la relación con los objetos materiales.
El ojo de la contemplación trasciende el de la razón, como el de la razón trasciende el de la carne.
Cada ser humano tiene estos tres tipos de formas de conocimiento con sus propios objetos: sensoriales, mentales y trascendentales; y cada forma de conocimiento es válida para su propio ámbito y no puede por sí sola captar los ámbitos superiores o inferiores, porque no están capacitadas para percibir las verdades de los otros campos.
Estos errores categoriales también fueron cometidos por casi todas las religiones cuando mezclaron las visiones trascendentales con verdades de la razón y con los hechos empíricos.
Así, la espiritualidad y la filosofía quedaron postergadas en Occidente y sólo se pudo mantener la ciencia, reducida al saber empírico.
Sin embargo, la ciencia no habla sólo desde el punto de vista empírico sino también desde la mente y desde la contemplación, y está cometiendo el mismo error categorial que está costando caro a la ciencia y al mundo.
El único criterio de verdad que rige al método científico es la prueba sensorio motriz a través de la experiencia, basada en la medición. Para la ciencia empírica, lo que el ojo de la carne no ve, no existe; el problema es que el ojo del científico no puede ver más allá de la carne.
¿Puede la ciencia expandirse y abarcar los tres niveles de conocimiento?
Charles Tart cree que el método científico se puede liberar de lo estrictamente materialista y se puede aplicar a estados superiores de la conciencia y del Ser; ya que esencialmente es perfectamente compatible.
Sin embargo, el sistema científico podrá ser sólo un importante agregado para la psicología transpersonal, pero jamás formará parte de su núcleo, que será sólo objeto del ojo de la contemplación.
La psicología transpersonal puede valerse del ojo de la materia y de la razón pero no puede ser captada ni definida por ninguno de los dos.
Fuente: “Más allá del Ego”, Abraham Maslow y otros.