Los Sueños, la Creatividad y el Destino
Además de su tratamiento teórico y científico, los sueños siempre han motivado a muchas personas a considerarlos mensajeros de la creatividad y del destino.
Durante el sueño, el cerebro se encuentra fuera de la influencia de estímulos externos, en la quietud del silencio interior, donde a veces encontramos las respuestas a nuestros interrogantes y las ideas más atrevidas y originales.
Tanto en la mitología, como en la literatura y en el arte, los sueños aparecen como proféticos. En nuestra vida cotidiana, alguna vez nos instruyeron sobre nuestro accionar, nos anunciaron acontecimientos importantes y hasta pudieron solucionarnos problemas mundanos.
No se sabe qué mecanismos utiliza nuestra mente para ver el futuro, si es que existen los sueños premonitorios, pero sí puede ser cierto que a nivel mental, en ciertos estados de conciencia, podamos trascender nuestro espacio tiempo y percibir nuestro pasado presente y futuro como un todo y no como un segmento capturado de tiempo lineal que corre en una sola dirección.
José Silva, famoso en el desarrollo del Método de Control Mental que lleva su nombre, sostiene que es posible soñar sueños voluntarios, mediante la programación mental. Él mismo es un ejemplo viviente de que esta técnica da buenos resultados: se ganó dos veces la lotería programándose para soñar el número que saldría premiado.
En Grecia antigua, existían dos templos consagrados a la indagación de los sueños. La gente esperaba los mensajes que les transmitían, información sobre el futuro sobre una enfermedad, o sobre una situación difícil en particular, que requería de una asesoría divina.
Freud consideraba a los sueños como la vía regia para acceder al inconsciente, o sea a los contenidos reprimidos de la infancia, que suelen aparecer en forma simbólica en los sueños con un sentido individual y específico para cada uno; que el imaginario popular pretende sea común para todos.
En la literatura existen obras famosas que han sido inspiradas en los sueños.
El escritor español Francisco de Quevedo escribió varias obras sobre los viajes al infierno que realizó en sueños.
Alicia en el país de las Maravillas, de Lewis Carroll, famosa narración de la literatura inglesa, fue inspirada en un sueño durante un día de campo.
Frankenstein de Mary Wollestone Craft Nelly que intentaba junto con otros escritores escribir una obra de terror, pocos días después tuvo un sueño que le reveló la apasionante historia de este personaje, que fue uno de los primeros en dar origen al género de ciencia ficción.
Akira Kurosawa, llevó al cine ocho sueños que tuvo durante su vida, el más significativo fue el sueño donde aparece el pintor holandés Vincent Van Gogh mientras pintaba “Campo de trigo con cuervos”.
La más antigua interpretación de los sueños que se conoce es la del griego Artemidoro de Daldis, del siglo II a. de C.
Distinguió a los sueños vulgares de los mánticos, sin relación con lo cotidiano y que eran los que permitían predecir el futuro.
Por ejemplo, soñar con una escalera advertía sobre una partida, o un cambio de lugar o de un peligro próximo; la caída de los dientes pronosticaba la libertad de un esclavo o mayores ventas a un comerciante.
Ya desde entonces, como Freud, Artemidoro admitía que el mismo símbolo podía significar cosas diferentes para distintas personas.
A pesar de que importantes religiones prohibieron recurrir a los sueños como método de adivinación, se siguió concediendo valor a los supuestos contenidos proféticos de los sueños.
A Abraham Lincoln, varios sueños le advirtieron que sería víctima de un atentado, y aunque esa profecía se haya cumplido y se trate de hechos documentados, son considerados coincidencias sin valor profético.
Para el arte, los sueños han sido inspiraciones valiosas para sus creadores, porque representan la oportunidad de liberarse de las barreras racionales que dificultan la expresión de ideas inéditas.
Los sueños como fenómeno psíquico aún siguen siendo un misterio y un motivo para las especulaciones; sin embargo, millones de personas de todas las épocas, creyeron que los sueños podían revelarles los enigmas de la vida y de la muerte.
Para Jung, los sueños representan al soñador y a su sombra y los conecta con el inconsciente colectivo.
Fuente:”La interpretación de los Sueños”, Sigmund Freud