Los Símbolos y los Sueños
El pensamiento de Carl G. Jung transformó la psicología con un nuevo concepto de inconsciente, tan real como la conciencia de un individuo y aún más rico.
El lenguaje y el contenido del inconsciente son simbólicos y éstos se revelan a través de los sueños.
El inconsciente es capaz de seleccionar los símbolos y darle un significado único para ese soñante.
Soñar no es casual, sino que es la forma en que el inconsciente se comunica con el soñante y es muy importante darle la debida importancia a los mensajes simbólicos de los sueños.
Esos mensajes utilizan símbolos que son comunes para toda la humanidad pero cuyo significado depende exclusivamente del soñante.
Para Jung, sólo cuando el Conciente y el Inconsciente se han integrado armónicamente el hombre puede llegar al autoconocimiento, encontrar la paz y ser feliz.
Un símbolo es una imagen que representa algo más que su significado obvio mucho más amplio que el alcance de la razón.
Los síntomas neuróticos, por ejemplo, tienen pleno significado simbólico.
Un paciente que tiene asma dice que no puede respirar el aire de su casa; otro que vomita cuando come, no puede digerir cierto hecho desagradable, o sea que son formas en que los problemas que nos preocupan se expresan inconscientemente en forma simbólica.
Los sueños podrán parecer irracionales y hasta pintorescos, sin embargo expresan contenidos inconscientes muy significativos.
Los sueños tienen una estructura definida de evidente propósito y para Jung lo más importante es descubrir qué nos quiere decir en conjunto y no en forma parcial cada símbolo, como lo hacía Freud.
El inconsciente contiene todos los deseos, impulsos e intenciones, percepciones, intuiciones, pensamientos racionales e irracionales, conclusiones, inducciones, deducciones y premisas y toda clase de sentimientos.
Todo este material se ha convertido en inconsciente porque no tiene cabida en la conciencia por alguna razón y porque además sería imposible vivir siendo completamente consciente de todas las cosas.
Pero Jung nos dice que además hay en el inconsciente contenidos nuevos, los cuales jamás fueron conscientes pero no obstante pueden surgir de él.
Jung descubre que el inconsciente no es un mero depositario de cosas pasadas sino que también contiene ideas o situaciones psíquicas futuras, pensamientos nuevos e ideas creativas.
Muchos dilemas se resuelven en forma nueva y muchas ideas son inspiraciones que aparecen súbitamente en la conciencia, provenientes del inconsciente.
Por lo tanto, los sueños también pueden expresar pensamientos nuevos que no corresponden al contenido de la memoria.
Muchos sueños presentan imágenes y asociaciones que son análogas a las ideas, mitos y ritos primitivos pero cuyo significado difiere en cada soñante.
La función de los sueños es restablecer el equilibrio psicológico. El sueño compensa las deficiencias de la personalidad y al mismo tiempo advierte de los peligros de la vida presente.
Los sueños a veces pueden enunciar sucesos antes de que ocurran, pero esto no quiere decir que sean una forma de precognición sino que es algo que no logramos ver en forma consciente y solo podemos percibir en forma instintiva a través del inconsciente.
Los símbolos oníricos son los mensajeros esenciales de la parte instintiva enviados a la parte racional de la mente humana y su interpretación permite recuperar el olvidado lenguaje de los instintos.