Filosofía del Lenguaje
Los filósofos siempre se han planteado el abordaje, del cuestionamiento sobre el lenguaje.
El hombre es el único ser en el mundo con la capacidad de expresarse con un lenguaje articulado, ya que ninguna otra especie zoológica dispone de una estructura física ni mental adecuadas para hacerlo.
Se han entrenado monos con la intención que aprendieran la palabra hablada pero sólo se ha conseguido que incorporaran algunos signos sin otro significado que el explícito, y comparándolos con el desarrollo evolutivo del hombre, alcanzan un nivel intelectual no superior a los dos años.
El lenguaje humano es un conjunto de signos y símbolos que representan lo que se quiere decir y que comprende varios componentes esenciales, un sonido, un tono, un gesto, un volumen y dos significados, el convencional o la definición denotada de la expresión, y el connotado que simboliza la intención que conlleva.
A la filosofía no le interesa particularmente el lenguaje como sistema sino su relación con el mundo, con el pensamiento y con la cultura. En este sentido, el lenguaje es una herramienta que permite al hombre entender y describir la realidad que lo rodea. El lenguaje, por tanto, no es un simple medio de comunicación, sino que es una forma de interpretar y dar sentido al mundo.
El lenguaje es una creación del hombre para entenderse y comunicarse con sus semejantes, utilizado como medio de expresión de sus intenciones, su pensamiento, sus sentimientos y emociones y representa una manifestación de la cultura.
Los filósofos no se detienen en el significado de una palabra u oración sino en el sentido que tiene esa expresión, o sea lo que quiere decir y su verdad o falsedad. En este sentido, la filosofía del lenguaje se interesa por la relación entre el lenguaje y la verdad, y cómo el lenguaje puede ser utilizado para expresar y comunicar verdades sobre el mundo.
Casi todos los filósofos de la historia abordaron en algún momento el lenguaje, principalmente los ingleses, investigando su origen y tratando de desentrañar el misterio de los símbolos y la semántica.
El lenguaje expresa significados y una visión del universo; y cada filósofo tiene una forma singular de decir las cosas, creando las expresiones más elocuentes que identifican con mayor exactitud su manera de pensar.
Existen de ese modo, expresiones filosóficas que llevan el sello del encuadre filosófico al que pertenecen y que fuera de ese contexto significan otra cosa. Estas expresiones, en su contexto filosófico, pueden ser utilizadas para explorar y cuestionar nuestras suposiciones y creencias sobre el mundo.
El lenguaje se relaciona con la cultura y no es estático sino que tiene el mismo dinamismo de la vida, cambia, crece y hasta puede llegar a morir como muchas lenguas antiguas. Define a una cultura y también la transforma.
El lenguaje es el intento de descubrir el mundo interno y la expresión del espíritu. Es a través del lenguaje que el hombre puede explorar y expresar su mundo interior, sus pensamientos, sentimientos y emociones.
El pensamiento organizado y reflexivo es posible por medio del lenguaje que simbólicamente representa una idea del mundo que nos circunda. El lenguaje, en este sentido, es una herramienta esencial para el pensamiento reflexivo y crítico.
El pensamiento crea el lenguaje y el lenguaje hace posible el pensamiento. Esta relación simbiótica entre el pensamiento y el lenguaje es fundamental para la filosofía del lenguaje.
El hombre crea un discurso e intenta expresar sus ideas y su cosmovisión por medio del lenguaje que es el código de símbolos convencional creado por una cultura con la capacidad de adoptar distintas formas y combinaciones que definen una forma de ser y de pensamiento.
Pero nunca el lenguaje podrá expresar con real exactitud una idea, ya que ésta siempre superará al lenguaje hablado; porque no nos alcanzan las palabras para definir nuestro pensamiento con la fidelidad que deseamos; y tampoco las ideas podrán ser interpretadas enteramente por el interlocutor, cuyo entendimiento estará inevitablemente limitado por su propia cosmovisión que es la condición que distorsiona los mensajes que recibe.
La comunicación humana es el intento infructuoso de alcanzar a comprenderse mutuamente y los hechos históricos lo comprueban. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones, el lenguaje sigue siendo la herramienta más poderosa que tenemos para comunicar nuestras ideas, sentimientos y experiencias. A través del lenguaje, podemos compartir nuestras experiencias, aprender de los demás y construir una comprensión compartida del mundo.